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La Comisión Europea ha alertado este miércoles a España de que está a la cola de la UE en materia social y advierte de una situación “crítica” en indicadores como el abandono escolar, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social, tanto general como infantil, o el impacto de las prestaciones sociales (con la excepción de las pensiones) en la reducción de la pobreza, noticia que ha sido adelantada por Europa Press.
Así se desprende del análisis de políticas sociales que ha publicado este miércoles el gobierno comunitario (que impulsaron, entre otros, los gobiernos de España y Bélgica) y que avisa a nuestro país de debilidad en 10 de 17 indicadores.
Bruselas se basa en un sistema de semáforo en el que España suma cuatro indicadores rojos o críticos; dos naranjas o que necesitan vigilancia; y otros cuatro amarillos o débiles, lo que sitúa a España como el cuarto país del club comunitario con más indicadores negativos por detrás de Rumanía, Grecia e Italia.
Según la Comisión, estos son los resultados del análisis de una primera fase. A la luz de los mismos, y especialmente de los seis indicadores calificados como “críticos” o “que requieren vigilancia”, incluido uno que se ha deteriorado con el tiempo (el impacto de las prestaciones sociales en la reducción de la pobreza), se considera que España se enfrenta a “riesgos potenciales para la convergencia social que requieren un análisis más detallado en una segunda fase”.
El porcentaje de personas en riesgo de pobreza y exclusión social superan la media de la UE
El informe señala que en 2023 los porcentajes de población en riesgo de exclusión social o en riesgo de pobreza, tanto general como infantil, se incrementaron hasta el 34,5 y el 26,5%, respectivamente, situándose “significativamente por encima de la media de la UE” (24,8 y 21,3%), lo que representa una situación “crítica”.
Además, España se enfrenta a otros retos como el abandono temprano de la educación y la formación, que sufrió un repunte en 2023, hasta el 13,7% (frente al 9,5% de la UE), lo que implica que, en este indicador, también se encuentra en una situación “crítica”.
Según el Ejecutivo comunitario, estas deficiencias se pueden atribuir a problemas de adecuación y cobertura del sistema de protección social, las disparidades regionales, el acceso a los servicios públicos y la persistente pobreza en el trabajo.
Un dato positivo que revela el informe es que ha descendido el porcentaje de NINIs, es decir, personas que ni estudian ni trabajan, hasta el 12,3%, aunque sigue siendo elevada y necesita vigilancia. No obstante, España se sitúa entre los países con mejores resultados frente a la brecha de empleo por discapacidad.