En una entrevista con el prestigioso diario económico estadounidense The Wall Street Journal, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Pedro Sánchez de ser un factor de división y de representar una amenaza para el sistema constitucional español. Estas afirmaciones se encontraban detalladas en un artículo titulado “El centro derecha sube en España”, donde se destacaban los recientes resultados del PP en las elecciones europeas del 9 de junio, donde obtuvo 22 escaños, y se describía a Feijóo como un “conservador sólido como una roca”.
Insistencia en la convocatoria de elecciones
Cuando se le preguntó si consideraba que Sánchez era el peor presidente del Gobierno en los más de 40 años de democracia española, Feijóo respondió afirmativamente al periodista: “no me agrada decir esto a un periódico tan respetado como el suyo, pero tendría que decir que sí“. Además, insistió en la convocatoria de elecciones, argumentando que Sánchez había perdido las elecciones europeas, carecía de una mayoría parlamentaria independiente, no había logrado aprobar presupuestos, había perdido la confianza nacional y enfrentaba investigaciones por corrupción en su círculo cercano. “Lo mejor que podía hacer era marcharse“.
La dependencia del Gobierno del independentismo
El líder del PP también denunció lo que describió como “corrupción política”, señalando que Sánchez había asegurado la presidencia de España “a cambio de impunidad para los políticos que le apoyaban”. Feijóo criticó que Sánchez dependía para su supervivencia política de una persona buscada por el Tribunal Supremo español, lo cual consideraba alarmante dada la situación legal del individuo en cuestión.
Reconocimiento del Estado de Palestina
El líder de los populares interpretó el ultimátum de Sánchez sobre el Consejo General del Poder Judicial como un “chantaje” que alejaba cualquier posibilidad de acuerdo. Además, cuando se le preguntó si consideraba a Sánchez como el líder más radical de Europa, afirmó que “sin duda” lo era, al menos como presidente del Gobierno. En relación con las políticas exteriores de Sánchez, criticó el reconocimiento del Estado de Palestina realizado el 28 de mayo, argumentando que había fracturado el consenso de la UE y la alianza con Estados Unidos en el conflicto palestino-israelí. Según el presidente del PP, esta acción había dañado las relaciones con Israel, lo cual consideraba una deslealtad hacia una democracia aliada en medio de un conflicto internacional.