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La fase final de la negociación sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y de Justicia, y Esteban González Pons, vicesecretario de Relaciones Institucionales del PP, coincidió con las gestiones del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Este último se encargó de informar personalmente a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y a otros importantes miembros del partido sobre los detalles del acuerdo con el Gobierno. Gracias a esto, logró consolidar un amplio consenso que se hizo evidente de inmediato tras el anuncio del pacto, mostrando una coordinación precisa en las declaraciones y los tiempos.
Un partido bien coordinado
El PP actuó como una máquina bien engrasada, una estrategia conjunta que no se veía desde la era de José María Aznar. Desde la derrota electoral en 2004, el partido ha estado dividido entre moderados y duros, una tensión interna que ha fluctuado, pero siempre ha amenazado el liderazgo, con voces externas influyendo en la estrategia del partido. En este contexto, Feijóo se jugaba mucho en la renovación del Poder Judicial, tanto internamente como externamente. Cualquier error o mala gestión del acuerdo podría haber desencadenado críticas severas dentro del partido.
Riesgos y tensiones internas
El verdadero riesgo para los populares no venía de la izquierda, sino de la derecha, incluyendo Vox. Horas antes de conocerse los detalles del acuerdo, ya se hablaba desde alguna dirección regional, no en Madrid, de un posible conflicto por avanzar con el pacto en medio de un frente judicial abierto contra Sánchez. Esta situación podría haber escalado con filtraciones y críticas mediáticas desde sectores de la derecha, complicando aún más la situación.
Éxito y liderazgo de Feijóo
Finalmente, consiguió un acuerdo que le permitió salir de una situación incómoda y demostrar su compromiso con el sentido de Estado y el respeto institucional. También evitó el riesgo de desacreditar al partido y de enfrentar una reprimenda de la UE, que podría haber comparado a España con Hungría y Polonia. Internamente, su liderazgo y autoridad fueron reconocidos, logrando unificar al partido después de la crisis heredada de la etapa de Casado.
Impacto en la relación Gobierno-Poder Judicial
Por su parte, el presidente Pedro Sánchez ha ganado tiempo en su enfrentamiento con el Poder Judicial. Este acuerdo podría parecer un alivio para el Gobierno, aunque no afecta las decisiones judiciales, especialmente del Supremo, respecto a la Ley de Amnistía. El pacto también podría trasladar el bloqueo político al ámbito judicial, dificultando el nombramiento del nuevo presidente del Supremo y la reforma del sistema de elección de vocales que debe presentarse ante el Congreso en seis meses.