Manifestación del 1 de mayo en Palma / G. BOSCH
Varios miles de personas han participado este domingo en la Plaça Major de Palma en una protesta en defensa de la lengua catalana. Hasta 80 asociaciones de la sociedad civil han dicho “basta” a “un ataque”, tal y como consideran en la organización que ha convocado la manifestación, Obra Cultural Balear (OCB), a la lengua propia de las Islas Baleares por parte del Govern y de sus socios de investidura de Vox.
La OCB ha organizado este acto que ha contado con la participación durante cuatro días del Correllengua de Joves de Mallorca per la Llengua, que por primera vez se ha celebrado en todas las islas.
El lema de la manifestación ha sido «¡Sí a la llengua!» y en el acto central ha estado entre el público la presidenta del Congreso y secretaria general del PSIB-PSOE, Francina Armengol, entre otros políticos.
El presidente de la OCB, Antoni Llabrés, ha enumerado varios ejemplos que motivan esta salida a la calle en forma de protesta. Por ejemplo, la eliminación del requisito del catalán en la sanidad pública o el nuevo plan voluntario de segregación lingüística en la educación.
En cuanto a los objetivos de esta movilización, el principal, según Llabrés, es conseguir que el Partido Popular reflexione sobre esta situación y «se decida a proteger el consenso que existe». De no ser así, ha apuntado que «se saldrá las veces que haga falta para que no se repita la nefasta experiencia de la legislatura de José Ramón Bauzá; hasta el momento, único momento de la democracia en el que estuvo cerca de romperse ese consenso».
«Nuestro amor a la lengua y a Mallorca es infinitamente más fuerte que su odio», ha afirmado la OCB, que ha pedido a los partidos políticos que vuelvan al consenso en materia lingüística que recoge el Estatuto de Autonomía y que «cierren filas ante aquellos que la querrían hacer desaparecer».
El plan de PP y Vox para el catalán en Baleares
El Govern de Marga Prohens (PP), que se sostiene gracias a un acuerdo de legislatura de 110 medidas pactado con Vox, presentó el pasado marzo nuevos detalles de su política educativa.
El PP ha terminado cediendo ante Vox y ha hecho suyo lo que los ultraderechistas llaman la “libre elección de la lengua”. Es decir, que las familias puedan elegir si sus hijos estudian en catalán o castellano durante las primeras fases educativas de la enseñanza, así como aumentar el castellano en los colegios e institutos. La mayor parte de la comunidad educativa, en cambio, defiende que se trata de un plan para “segregar” al alumnado en función de la lengua.
También señala que la mayoría de los alumnos del archipiélago balear son menos competentes en cuanto al dominio oral y escrito del catalán que del castellano. Es decir, según gran parte de los docentes, el problema podría empeorar si se reducen las horas de catalán mientras se aumentan las dedicadas al castellano.