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En 2013, Jaume Duch, portavoz del Parlamento Europeo, advirtió con claridad sobre los riesgos del incipiente ‘procés’ catalán. Hoy, más de una década después, asume el cargo de consejero de Unión Europea y Acción Exterior en el gobierno de Salvador Illa, con la misión de restaurar la reputación internacional de la Generalitat, deteriorada durante los últimos años de independencia unilateral.
Una situación internacional más favorable
Duch llega a su nuevo cargo en un contexto internacional donde el conflicto catalán ha perdido protagonismo. Carles Puigdemont, quien espera la aplicación de la ley de amnistía, ha visto cómo su caso judicial se diluye mientras se espera la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la retirada de su inmunidad.
Conocido por sus firmes posturas, ha generado críticas en los medios independentistas y en Junts lo tildan de “peón del españolismo” por su oposición al ‘procés’ desde Bruselas. Sin embargo, esta reputación no incomoda al político, quien ha desempeñado roles clave, primero como portavoz y luego como director general de Comunicación del Parlamento Europeo.
Un desafío marcado por la acción exterior
La labor de Duch estará influenciada tanto por su cercanía con Salvador Illa como por la importancia que ERC ha dado a la acción exterior catalana en el pacto de investidura con el PSC. Reforzar y mantener la política exterior de Cataluña es una prioridad que se enmarca en este acuerdo político.
En este contexto, contará con nuevas herramientas, como la creación del Cuerpo de Acción Exterior, un “cuerpo diplomático” propio que se encargará de mantener relaciones con gobiernos y sus representantes. Esta iniciativa, apoyada por el PSC incluso antes del adelanto electoral.
Expansión de la red diplomática catalana
El acuerdo entre PSC y ERC también contempla la expansión de la red de delegaciones catalanas, con un enfoque especial en América Latina, Asia y África. El objetivo es fortalecer una red de 21 “embajadas” que, en el pasado, manejaban un presupuesto de alrededor de 15 millones de euros, cifra que podría haber aumentado de haberse aprobado los presupuestos pactados entre ERC y PSC.
Además, el pacto de investidura insta a reforzar la presencia de la Generalitat en más foros de la Unión Europea y organismos internacionales como la ONU, Unesco, y la FAO, entre otros. Este enfoque busca posicionar a Cataluña en espacios donde tenga “competencias o intereses específicos”, ampliando su influencia y presencia en el escenario global.