El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ha puesto de manifiesto una realidad preocupante para el sistema educativo español: la persistente disparidad en los niveles de formación entre las diferentes comunidades autónomas.
Según el estudio presentado hoy, la brecha educativa entre el norte y el sur de España sigue siendo notoria en la población de entre 25 y 65 años, lo que tiene importantes implicaciones para el desarrollo socioeconómico del país.
El informe destaca que el País Vasco lidera el porcentaje de ciudadanos con formación superior, alcanzando el 55,7%, una cifra que contrasta drásticamente con la de Ceuta, donde solo el 21,2% de la población tiene estudios universitarios o superiores. Madrid se sitúa en el segundo puesto con un 50,5%, seguida por Cantabria (49,4%), Navarra (48,3%) y Cataluña (44,8%). Estas comunidades autónomas también coinciden en obtener mejores resultados en las pruebas internacionales PISA.
La OCDE atribuye estas diferencias, en parte, al peso de la administración pública y la concentración de universidades en las grandes ciudades. El elevado número de empleados con estudios superiores en regiones como País Vasco y Madrid contribuye a posicionar estas zonas en la cima del ranking educativo. Además, las grandes ciudades tienden a atraer universidades y centros de investigación, lo que facilita el acceso a una formación de calidad.
La brecha educativa entre el norte y sur de España no desaparece
Sin embargo, el informe también advierte de que la formación académica no es el único factor determinante. La brecha educativa entre el norte y el sur de España está influenciada por factores históricos y sociales. Ismael Sanz, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y colaborador de Funcas, señala que las diferencias en los niveles de alfabetización entre el norte y el sur de España provienen del siglo XIX. “El mayor nivel de alfabetización en el norte y el centro del país ya se evidenciaba en épocas pasadas, y eso sigue teniendo un impacto en la actualidad”, explicó Sanz.
Además, regiones como Madrid han adoptado políticas que fomentan el emprendimiento y la creación de empresas, lo que atrae a personas cualificadas de otras partes del país. “Esto representa un reto para otras autonomías, que invierten en la formación de jóvenes que finalmente llevan su talento a lugares como Madrid o el País Vasco”, puntualiza Sanz.
Por su parte, Antonio Cabrales, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III, señala que no es sorprendente que las regiones más ricas, como Madrid, Cataluña o el País Vasco, presenten mayores porcentajes de titulados universitarios. Lo que resulta más llamativo es la diferencia en la formación superior entre comunidades con niveles de renta similares, como Castilla-La Mancha y Asturias.
Cabrales explica que factores históricos, como la distribución de la tierra, han influido en el desarrollo educativo de las distintas regiones, particularmente en el sur de España, donde históricamente han predominado grandes latifundios.
El informe de la OCDE concluye que es fundamental que las políticas educativas se adapten a las realidades regionales para reducir las desigualdades y fomentar un crecimiento más equitativo en todo el país.