La economía sumergida en España, o lo que comúnmente se conoce como dinero negro, sigue siendo una práctica extendida y aceptada por miles de trabajadores. El cobro en efectivo al margen del Estado, sin declarar impuestos ni ofrecer garantías ante los servicios prestados, es una realidad arraigada en la sociedad.
Un porcentaje entre el 20% y el 25%
Aunque las cifras exactas son difíciles de precisar, se estima que el porcentaje de dinero negro en España oscila entre el 20% y el 25 %. Un estudio reciente de Science Direct sitúa la media europea en un 21,9 % y a España en un 20,2 %. En contraste, países como Luxemburgo, Países Bajos y Austria son más transparentes, mientras que Bulgaria, Rumanía y Croacia lideran el ránking con los mayores porcentajes de economía sumergida.
El dinero negro no disminuye
Este fenómeno persiste debido a la percepción de que es más beneficioso pagar menos por servicios sin factura. A pesar de que se prevé una recaudación de impuestos de 7.355 millones de euros para 2024, un 9 % más que el año anterior según los Presupuestos Generales, esto no ha logrado reducir significativamente el dinero negro ni disminuir la práctica de la llamada “caja B”.
Mayor desempleo debido a la economía sumergida
El reconocido economista Leopoldo Abadía atribuye la alta tasa de desempleo en España a la economía sumergida, que estima en un 25 % del PIB. Esta cifra coincide con los cálculos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda, que sitúan la economía sumergida entre el 16,9 % y el 17,9 % del PIB.
Aumento del control fiscal
La lucha contra la economía sumergida se enfrenta a desafíos como el avance de la tecnología y el aumento del control fiscal, que dificultan la evasión de impuestos. Sin embargo, actores como el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, señalan que todavía existe un amplio margen para reducir los impuestos en España y combatir esta práctica.
La construcción lidera en dinero negro
La construcción ha sido históricamente uno de los sectores más afectados por la economía sumergida. Esto se debe a prácticas como el pago de sobornos en efectivo. No obstante, se han implementado medidas para evitar estas prácticas. De todas formas, la economía sumergida sigue siendo una realidad persistente en España.