La implicación de España en el Sáhara Occidental comienza en el siglo XIX, en el contexto de la expansión colonial europea en África. En 1884, España proclamó su soberanía sobre el territorio, estableciendo un protectorado en lo que hoy se conoce como el Sáhara Occidental. Durante casi un siglo, España administró el territorio, explotando sus recursos naturales y estableciendo una presencia colonial.
Sin embargo, a medida que el siglo XX avanzaba, el viento de la descolonización comenzó a soplar. Después de la Segunda Guerra Mundial, muchas colonias africanas comenzaron a luchar por su independencia, y el Sáhara Occidental no fue una excepción. En 1973, se fundó el Frente Polisario, un movimiento de liberación que buscaba la independencia del Sáhara Occidental del dominio colonial español.
En 1975, la situación en el Sáhara Occidental alcanzó un punto crítico. Bajo presión internacional y enfrentándose a una creciente insurgencia del Frente Polisario, España decidió retirarse del territorio. El 14 de noviembre de 1975, España firmó los Acuerdos de Madrid con Marruecos y Mauritania, transfiriendo la administración del Sáhara Occidental a estos dos países. Sin embargo, estos acuerdos no otorgaban soberanía, ya que la ONU no los reconoció como válidos, y el proceso de descolonización quedó incompleto.
La retirada española dejó un vacío de poder que Marruecos y Mauritania intentaron llenar, pero el Frente Polisario, apoyado por Argelia, se opuso firmemente, proclamando la República Árabe Saharaui Democrática, RASD, en 1976. Esto llevó a un conflicto armado que duró hasta 1991, cuando se acordó un alto el fuego bajo los auspicios de la ONU, estableciendo la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental, MINURSO.
Desde la retirada, España ha mantenido una posición oficial de apoyo al proceso de paz de la ONU. El plan de la ONU prevé un referéndum de autodeterminación que permitiría al pueblo saharaui decidir su futuro, pero las dificultades políticas y logísticas han impedido su realización. España ha expresado repetidamente su compromiso con una solución política justa y duradera que prevea la autodeterminación del pueblo saharaui, aunque su postura ha sido vista como ambigua en ocasiones debido a las complejas relaciones con Marruecos.
España permitió la entrada del líder Polisario para recibir ayuda médica
Marruecos es un socio estratégico en temas de seguridad, migración y comercio, y cualquier movimiento de España sobre el Sáhara Occidental es observado de cerca por Rabat. En ciertos momentos, los intereses estratégicos y económicos han llevado a España a adoptar una postura más conciliadora hacia las reivindicaciones marroquíes sobre el Sáhara Occidental.
En 2021, España permitió la entrada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para recibir tratamiento médico. Esto provocó una crisis diplomática con Marruecos, que respondió permitiendo la entrada masiva de migrantes en la ciudad española de Ceuta, lo que fue visto como una gran polémica por los medios españoles.
La implicación de España es ciertamente complejo debido a que por un lado tiene una responsabilidad histórica hacia el pueblo saharaui, y por otro, están las relaciones estratégicas con Marruecos. La evolución de la implicación de España en el Sáhara Occidental dependerá en gran medida de los desarrollos en el proceso de paz de la ONU y las dinámicas regionales.