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5 Dic 2024
5 Dic 2024
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La farsa de la «electricidad 100% renovable y verde». Los electrones no tienen apellidos

Por todos es conocido las pegatinas, certificados y el término de "electricidad 100% renovable". Poner apellidos a los electrones según cual sea su destinatario final es una farsa

Sólo por poner dos ejemplos. Como se puede leer en las webs correspondientes,

Los trenes de Renfe utilizan energía eléctrica 100% renovable.”

“El ayuntamiento de Cercedilla obtiene el certificado de energía verde por utilizar suministro eléctrico procedente de fuentes renovables”

En la electrotecnia que yo estudié, nunca se planteó el problema de si es posible saber que la energía eléctrica que recibe un determinado usuario procede de una central productora determinada, eran otros tiempos, la electricidad no tenía apellidos.

Los electrones que salen, por ejemplo, de una central nuclear se juntan con los producidos en los ¿huertos? fotovoltaicos, en los ¿parques? eólicos yen los de las ¿plantas? de “gas natural”, circulando todos juntitos por los mismos cables, pero, según hemos descubierto, unos proceden de fuentes renovables y otros no.

Para seguir con el símil de mi anterior artículo sobre los colores del hidrógeno, decidí pensar que los electrones son como las aceitunas, también tienen colore, los hay “VERDES” y los hay “NEGROS”

Y entonces porqué Renfe, el Ayuntamiento de Cercedilla y otros muchos clientes VIP se llevan los electrones verdes 100 % renovables, ¿los que yo recibo yo en mi casa son negros? Conecté mi portátil a la red eléctrica en la Estación de Renfe de Madrid Chamartín y no aprecié diferencia alguna de funcionamiento con respecto a mi domicilio.

Así que decidí investigar porqué algunos clientes podían exhibir pegatinas o certificados y otros no podemos.

¿ Como saben los electrones renovables cómo se va a Cercedilla o a Renfe y los otros venir a mi casa?

Es como si un agricultor de la vega murciana pudiera distinguir en el agua que usa para regadío qué parte proviene del trasvase del Tajo, cuál del río Júcar y cuál del río Segura. Las compañías productoras de energía eléctrica son propietarias de centrales de generación tanto de energía renovable como no renovable.

Si en el conjunto de su producción el 50% es renovable podrán certificar el origen de ese porcentaje como tal, emitiendo papelitos que así lo digan y, cuando se les acabe el porcentaje simplemente no podrán emitir más papelitos. Además, se basan en la potencia instalada y ya sabemos que las renovables producen energía según quiere la naturaleza y no por los megavatios que instalen, es así. También las no renovables tienen que parar su producción por mantenimiento u otros motivos.

¿Qué utilidad práctica tiene este certificado?

The International REC Standard (I-RECS) es la entidad que facilita la implementación de un sistema de seguimiento reconocido internacionalmente para la asignación de los atributos ambientales de la energía. Cada megavatio-hora (MWh) de energía renovable producida contiene 1 MWh de energía en sí misma y además atributos ambientales y sociales. A esos atributos se los engloba dentro del término Certificado de Energía Renovable. Según dice la web de un conocido comercializador.

En el caso de las empresas, ayuntamientos, etc. esta opción les da la oportunidad de manifestar su compromiso con el medio ambiente demostrando que solo consumen energía limpia.

Agárrame esa mosca por el rabo

Para más precisión, y según la circular 1/2018 de 18 de abril de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) “La garantía de origen es una acreditación, que asegura que un número determinado de megavatios-hora de energía eléctrica producidos en una central, en un periodo temporal determinado, han sido generados a partir de fuentes de energía renovables o de cogeneración de alta eficiencia.”

Los electrones no viajan por los cables

Como curiosidad, aunque la electricidad se propaga instantáneamente, los electrones dentro de un cable eléctrico se mueven a una velocidad muy pequeña de unos milímetros por segundo (se denomina velocidad de deriva), por simplificar: “chocan” contra los átomos de cobre y, por ese motivo se calientan los cables.

Esto quiere decir si los electrones salieran de una central eólica en La Roda (Albacete) tardarían tres meses en llegar a Cercedilla y si saliesen de la central nuclear de Cofrentes (Valencia), también pasando por La Roda, tardarían unos tres meses y medio.

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