La crisis interna que atraviesa Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) genera preocupación tanto en el PSOE como en el PSC, ya que su papel como socio clave es esencial para los gobiernos de Pedro Sánchez, Salvador Illa y Jaume Collboni. Las tres administraciones –nacional, autonómica y local– dependen de los votos de ERC, un partido que enfrenta una profunda crisis de liderazgo y una lucha interna cada vez más intensa en la antesala de su congreso previsto para el 30 de noviembre, donde se definirá su nueva dirección y estrategia política para los próximos años.
Conflictos internos y su impacto en la negociación presupuestaria
La reciente filtración de mensajes relacionados con los polémicos carteles del alzhéimer, que atacaban a los hermanos Ernest y Pasqual Maragall, ha avivado la guerra interna en ERC. Esto plantea incertidumbre sobre el rol del partido en las cruciales negociaciones de los presupuestos para 2024, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlament de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. La colaboración de ERC es imprescindible para que los presupuestos sean aprobados, dada la frágil mayoría de las administraciones actuales. A pesar de que ERC llegó a un preacuerdo con el PSC en junio para unirse al gobierno municipal de Barcelona, la militancia suspendió la votación, manteniendo en el aire la entrada del partido en el equipo de Collboni.
Nuevas tensiones tras las revelaciones sobre los carteles del alzhéimer
Aunque parecía haberse controlado la crisis desencadenada en julio, cuando se reveló que la campaña contra Ernest Maragall fue promovida desde el propio partido, nuevas filtraciones esta semana han vuelto a desatar el caos. Mensajes de la secretaria general, Marta Rovira, discutían sobre el posible rédito electoral de esa polémica acción. Rovira, quien dejará su cargo en el próximo congreso, señaló al entorno de Oriol Junqueras, presidente y candidato a la reelección, como responsable de las filtraciones.
Según los mensajes, Rovira habría considerado que la agresiva campaña podría generar votos de solidaridad en los comicios municipales de 2023, donde Maragall encabezaba la lista de ERC en Barcelona. Aunque no se ha probado que Rovira estuviera al tanto de que los carteles fueron promovidos desde ERC, en otro chat de enero de 2024 mencionaba la existencia de una «estructura B» encargada de financiar y organizar contracampañas, como la del alzhéimer.
Cuatro candidaturas para dirigir ERC en su próximo congreso
A pesar de las tensiones internas, la dirección de ERC ratificó la fecha de su congreso para noviembre. En la contienda por el control del partido se presentan cuatro candidaturas. Militància Decidim, liderada por Oriol Junqueras, lanzará oficialmente su propuesta el 21 de septiembre. Nova Esquerra Nacional, apoyada extraoficialmente por Rovira, presentó su proyecto hace diez días con Teresa Jordà, actual número dos de ERC en el Congreso, como una de sus figuras clave.
Dos nuevos grupos se sumaron recientemente a la carrera interna: Foc Nou, encabezado por Alfred Bosch, exconsejero de Acción Exterior de la Generalitat, y Col·lectiu Primer d’Octubre, una corriente crítica contraria a los pactos con los socialistas. Ambos grupos buscarán atraer a los militantes que votaron en contra de apoyar la investidura de Salvador Illa en agosto, donde casi el 45% de los miembros del partido se opuso.