La inversión empresarial en España sigue mostrando una notable debilidad desde la irrupción de la pandemia, manteniéndose por debajo de los niveles registrados en 2019. Esta tendencia ha sido marcada por varios factores: el impacto inicial del COVID-19, problemas esporádicos en las cadenas globales de suministro, la crisis energética, el aumento de los costes de producción, la elevada incertidumbre económica y el incremento de los tipos de interés en los últimos años.
Según el artículo “Un análisis desagregado de la inversión empresarial desde el inicio de la pandemia”, publicado en el próximo boletín económico del Banco de España, desde 2020 se observó una significativa caída en la proporción de empresas con flujos de inversión positivos. Esta disminución se reflejó tanto en la cuantía media invertida como en la tasa mediana de inversión, resultando en una “inversión neta negativa”. Aunque hubo una cierta recuperación en los dos años siguientes, esta ha sido incompleta, y para 2022 las tasas medias de inversión seguían siendo inferiores a las de 2019 en casi todas las ramas de actividad.
Impacto de los avales en la inversión
El informe destaca que las empresas que recibieron avales para cubrir sus necesidades de liquidez durante 2020 y 2021 lograron niveles de inversión superiores al resto, con un incremento de aproximadamente 1,5 puntos porcentuales. En el caso de los avales destinados específicamente a cubrir necesidades de inversión, esta brecha se amplió a unos 10 puntos porcentuales. Sin embargo, los autores del estudio, Miguel Ángel González-Simón, Blanca Jiménez-García y Carmen Martínez-Carrascal, señalan que esta diferencia puede estar influenciada por un sesgo de selección, dado que las empresas que solicitaron estos avales eran principalmente aquellas con planes de inversión definidos.
Situación patrimonial y acceso a financiación
El Banco de España también observa que, al inicio de la pandemia, la situación patrimonial de las empresas estaba en un estado “más saneado” que en la crisis anterior, y las condiciones de acceso a la financiación “se endurecieron menos” que a partir de 2008. Además, el crecimiento de las ventas y el flujo de caja influyeron de manera más significativa en las decisiones de inversión durante el periodo 2020-2022, sugiriendo una mayor sensibilidad de las empresas al desempeño económico en un contexto de alta incertidumbre.
Jóvenes empresas, las más afectadas
El análisis subraya que la pandemia afectó de manera más intensa a los patrones de inversión de las empresas jóvenes, que tienen una propensión marginal a invertir más elevada que otras sociedades y una debilidad particularmente alta debido a los desafíos propios de sus primeros años de actividad.