La semana comenzó con una reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que culminó en la firma de un acuerdo de apoyo militar por valor de 1.000 millones de euros para Ucrania. El martes, el Consejo de Ministros aprobó el reconocimiento del Estado palestino. Sin embargo, el miércoles, la campaña del PSOE dio un giro inesperado con la controversia en torno a Begoña Gómez, esposa de Sánchez, alterando drásticamente la agenda del Gobierno a solo diez días de las elecciones.
La polémica ha obligado al Ejecutivo a responder a contracorriente. Aunque en Moncloa aseguran tener «cero preocupación» y sostienen que «no hay caso», los efectos de esta controversia podrían distorsionar la estrategia previamente diseñada, que buscaba centrar la atención en la agenda internacional de Sánchez y en los pactos del PP con la ultraderecha.
Reacción del Gobierno y el PSOE
El martes, el PSOE ya tuvo que reaccionar ante la noticia de que Begoña Gómez había sido declarada «investigada» tras levantarse el secreto de sumario del caso. La Audiencia Provincial de Madrid respaldó el procedimiento del Juzgado de Instrucción número 41, lo que representa un revés para el Gobierno, que esperaba que el recurso de la Fiscalía cerrara la investigación. Esta decisión permite continuar investigando las ayudas públicas recibidas por el empresario Carlos Barrabés y el posible impacto de las cartas de recomendación enviadas por Gómez desde su cátedra en la Universidad Complutense.
Fuentes socialistas subrayan que la decisión de la Audiencia no aborda el fondo del asunto y que no se ha considerado el informe de la Guardia Civil que exonera a Gómez. Aun así, la persistencia del caso perjudica al PSOE, aunque algunos miembros del partido creen que esto «no va a mover un voto». Sin embargo, reconocen que han perdido el control de la agenda, pasando de la ofensiva a una actitud defensiva.
Impacto en la estrategia electoral
El PSOE había logrado semanas de resultados positivos en las encuestas, acortando la distancia con el PP. La estrategia de polarizar con Vox y mostrar liderazgo internacional, como con el reconocimiento del Estado de Palestina y el acuerdo militar con Ucrania, había funcionado. Pero la polémica en torno a Begoña Gómez ha desviado el enfoque del debate nacional.
Como respuesta, Sánchez participará hoy en un mitin en Barakaldo (Bilbao) para apoyar a Teresa Ribera. Este acto coincide con la aprobación definitiva de la ley de amnistía, tras el veto en el Senado. Tanto el «caso Begoña» como el perdón al «procés» son elementos clave en la estrategia del PP para las elecciones europeas. En Moncloa creen que el efecto de la amnistía ya está «amortizado» y que los resultados en Cataluña respaldan la política de distensión del Gobierno en la región. Sin embargo, las elecciones europeas, con circunscripción única, evaluarán si el resto de España comparte esta visión.
El Gobierno también busca desactivar la polémica en torno a Gómez y esperaba que el PP pidiera a Sánchez comparecer en el Senado la próxima semana. La decisión del PP de posponer esto hasta después del 9 de junio se interpreta como una señal de debilidad, evitando que un Sánchez fuerte en comparecencias salga reforzado.