En los últimos días, la política española ha sido testigo de un inesperado acercamiento entre el Partido Popular (PP) y Junts, los dos partidos que protagonizaron un acuerdo para suspender el impuesto sobre el valor de la producción eléctrica. Este pacto, que también contó con el apoyo de Vox, ERC y PNV, ha descolocado al Gobierno de Pedro Sánchez, que intentó frenar su tramitación en el Congreso de los Diputados.
La propuesta, impulsada por el PP y Junts, establece que el impuesto, actualmente fijado en el 7%, se reducirá al 0% en ausencia de déficit de tarifa. Este cambio supone un ahorro estimado de 1.100 millones de euros, distribuidos entre familias, pequeñas y medianas empresas (pymes) y grandes industrias. Según cálculos del PP, las familias ahorrarán unos 400 millones de euros, las pymes 500 millones y las grandes empresas 200 millones.
El acuerdo también incluye medidas de apoyo a la industria de cogeneración, alineadas con el plan estratégico presentado por Alberto Núñez Feijóo en 2022. Aunque el ahorro para los hogares es modesto en términos individuales —aproximadamente 1,64 euros mensuales en la factura de la luz según Selectra—, el impacto colectivo resulta significativo para los sectores económicos afectados.
¿Un frente común o coincidencia ideológica?
El pacto ha suscitado debate sobre la naturaleza de esta colaboración. Desde Génova, se descarta que haya una estrategia formal de alianza con Junts, describiéndolo como una “coincidencia programática”. Sin embargo, no es la primera vez que populares e independentistas catalanes acuerdan medidas conjuntas. El histórico Pacto del Majestic, firmado entre el PP de José María Aznar y CiU en 1996, estableció precedentes en áreas como la financiación autonómica, el traspaso de competencias y el desarrollo del modelo policial catalán.
Aunque el procés y la reciente amnistía habían tensionado las relaciones, ambos partidos comparten una agenda económica centrada en la competitividad empresarial y la rebaja fiscal. Esto los ha llevado a coincidir nuevamente en una materia que, según el PP, beneficia a la economía española y al bolsillo de los ciudadanos.
Reacción del Gobierno
El Ejecutivo intentó bloquear la medida, argumentando que supondría una pérdida de ingresos de 1.500 millones de euros. Sin embargo, la enmienda fue aprobada en la fase de ponencia gracias a una transacción elaborada por el PP y Junts. Frente a esta situación, PSOE y Sumar decidieron aplazar sin fecha la Comisión de Transición Ecológica, buscando ganar tiempo para reconducir la situación o convencer a ERC de emitir un voto que permita retomar el redactado inicial de la ley.
Esta maniobra evidencia la preocupación del Gobierno ante un pacto que, según fuentes del PP, podría ser el primer paso de una mayor colaboración entre ambas formaciones. El papel clave de los siete diputados de Junts en el Congreso, determinantes para formar o romper mayorías, otorga a la formación independentista un margen estratégico que puede usar para presionar al Gobierno en cuestiones como la amnistía o el referéndum.
Implicaciones políticas en el futuro cercano
El pacto PP-Junts llega en un momento de fragilidad para el Gobierno de Pedro Sánchez. La amenaza de una cuestión de confianza, sugerida por Carles Puigdemont, refuerza la percepción de que el Ejecutivo depende cada vez más de sus socios parlamentarios para mantenerse en el poder. Por su parte, el PP aprovecha la ocasión para proyectarse como alternativa viable, capaz de negociar con distintas fuerzas políticas.
En el Senado, el PP continuará impulsando enmiendas relacionadas con rebajas fiscales y ayudas a jóvenes y afectados por la DANA, confiando en que Junts mantenga su apoyo. La cita clave será el próximo pleno del 18 de diciembre, donde se evaluarán las modificaciones propuestas.
Este acercamiento entre PP y Junts plantea ciertos interrogantes sobre el futuro de la política española, ya que uno de los socios de Gobierno pasaría al bando de la oposición. Mientras algunos lo ven como una oportunidad para avanzar en temas económicos de interés común, otros consideran que podría sentar las bases de una colaboración más amplia, dado que ambas formaciones se escoran hacia la derecha.