Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el servicio de inteligencia Shin Bet confirmaron este miércoles la eliminación de Mahmoud Ibrahim Hassan Abu Hasira, un alto miembro de la unidad de élite Nukhba de Hamas. El operativo puso fin a la trayectoria de quien fuera durante años asistente militar y mano derecha del comandante de la Brigada de Gaza, Izz al-Din Haddad. Abu Hasira estuvo directamente implicado en la infiltración mortal del 28 de julio de 2014, conocida como “el desastre del fortín”, durante la operación “Margen Protector”.
Según el comunicado oficial, en ese ataque, combatientes de Nukhba emergieron desde un túnel y lanzaron un misil antitanque contra una posición de las FDI en Nahal Oz, matando a cinco soldados israelíes. Tras el enfrentamiento, los atacantes intentaron llevarse el cuerpo de uno de los soldados, pero fueron repelidos; uno de ellos murió y los demás lograron escapar por el mismo túnel hacia Gaza.
Paralelamente al frente militar, Israel enfrenta una crisis estructural en su sistema de reservistas. A más de un año del estallido de la guerra, las tasas de alistamiento en las reservas han caído más de un 40 %, mientras que la presión sobre las fuerzas activas y los pocos reservistas disponibles se intensifica día a día. Los comandantes advierten que, sin reformas urgentes y profundas, el ejército podría quedarse sin suficientes efectivos capacitados para afrontar los desafíos futuros.
“Antes teníamos una asistencia del 100 o incluso del 300 %; hoy no superamos el 70 %”, alertó Oz Amos, comandante de una unidad de reserva. La polémica en torno a la ley que exime a ciertos sectores del servicio militar ha agudizado el malestar, alimentando una sensación de inequidad entre quienes deben cumplir con el deber.
Como respuesta, el ejército ha recurrido a tácticas poco convencionales, como reclutar a través de redes sociales o reincorporar a personas anteriormente exentas del servicio. Pero los propios oficiales reconocen que estas soluciones son insuficientes frente a una crisis que amenaza con socavar la capacidad defensiva del país. “Esto no se resuelve improvisando”, advirtió otro comandante, Roy. “Sin una reforma legal sólida y a largo plazo, no habrá con quién luchar la próxima guerra”.
Históricamente considerado un pilar de la defensa nacional, el sistema de reservas de las FDI se encuentra en una etapa crítica. El agotamiento, la desmotivación y la falta de apoyo institucional lo están llevando al límite, justo en un momento en que Israel enfrenta amenazas simultáneas desde Gaza, Líbano y Cisjordania. Ese límite, advierten los expertos, podría alcanzarse más pronto de lo que muchos imaginan.