Imagen: Europa Press
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha desatado una controversia al arremeter contra el teniente general Javier Marcos, jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), tras las inundaciones que afectaron a la comunidad el 29 de octubre. Las declaraciones de Mazón, en las que acusó al mando militar de contradicciones sobre la actuación de la UME, han generado un profundo malestar en sectores de las Fuerzas Armadas.
Acusaciones y críticas públicas
Durante una comparecencia previa a una reunión del Centro de Coordinación Integral Operativa (Cecopi), Mazón cuestionó las acciones de la UME:
«¿Por qué vemos una contradicción en las declaraciones del jefe de la UME? Afirma que no podían actuar sin la autorización de la Generalitat y, días después, asegura que ya estaban operando antes de esa autorización. ¿En qué quedamos?»
Esta postura ha sido calificada como «inaceptable» por fuentes del Ministerio de Defensa, aunque desde la institución han evitado avivar la polémica. Según estas fuentes, la prioridad sigue siendo la recuperación y reconstrucción de las zonas afectadas, subrayando que la UME está trabajando para suplir las carencias de la administración autonómica.
Reacciones militares: neutralidad bajo ataque
Altos mandos militares han manifestado su sorpresa ante las palabras de Mazón. Critican que, en lugar de reconocer el esfuerzo de la UME, el presidente regional haya politizado la situación, incluyendo en la polémica al general Marcos, quien ha mantenido una estricta neutralidad en sus declaraciones públicas y ha elogiado la coordinación con la Generalitat.
La cronología de la intervención de la UME
Las acusaciones de Mazón sobre una presunta contradicción en la actuación de la UME no se sostienen, según lo explicado por el general Marcos. Desde el primer momento, Marcos aclaró que la intervención militar requiere la autorización del director de emergencias de la Generalitat, encargado de coordinar los distintos cuerpos en el terreno. Sin embargo, para ganar tiempo, la UME aplica un protocolo de alerta temprana y despliegue anticipado.
A las 7:47 del 29 de octubre, solo 15 minutos después de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activara la alerta roja, se suspendieron las actividades del Batallón de Intervención en Emergencias III, con base en Bétera (Valencia), y se comenzó a preparar el material. Posteriormente, a las 15:41, antes de recibir la solicitud formal de la Generalitat, se desplegó una patrulla de reconocimiento hacia la comarca de Utiel-Requena.
Cuando la petición oficial llegó a las 15:59, los primeros efectivos ya estaban en camino. La UME, aunque tiene libertad para desplazarse por todo el territorio nacional, no puede operar en zonas afectadas sin la autorización del director de emergencias.
Despliegue a gran escala
La petición inicial de las autoridades valencianas se limitaba a Utiel-Requena, lo que dificultó la llegada de efectivos a otras zonas afectadas debido a las intensas lluvias. No fue hasta las 20:36 cuando se declaró el nivel 2 para toda la provincia de Valencia, permitiendo una intervención más amplia.
En las primeras horas del 30 de octubre, se movilizaron efectivos desde otras bases de la UME en Torrejón de Ardoz (Madrid), Morón de la Frontera (Sevilla) y Conde de Gazola (León). Para las 9:00 de la mañana, 1.116 militares y 334 medios, incluidos dos helicópteros, estaban desplegados en Valencia, siempre bajo las órdenes de la Generalitat, aunque en algunos casos anticipándose a sus solicitudes.
La UME ha defendido su actuación como rigurosa y ajustada a los procedimientos, destacando su rapidez de respuesta en una situación de emergencia crítica.