El panorama político en España para 2025 se perfila como un campo de batalla complicado para la oposición. Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez enfrenta el desgaste de los múltiples escándalos de corrupción y la fragilidad de su alianza parlamentaria, los principales partidos de la oposición, el Partido Popular (PP) y Vox, se enfrentan a una serie de desafíos internos y externos que definirán su papel en los próximos años.
El PP y la presión por consolidarse como alternativa de gobierno
Alberto Núñez Feijóo inicia el año con encuestas favorables que proyectan una posible mayoría absoluta junto a Vox. Sin embargo, el reto del PP va más allá de los números. La ruptura con Vox en gobiernos autonómicos como Valencia y Castilla y León ha generado tensiones que dificultan una narrativa unificada en la derecha. Aunque Génova asegura que busca estabilidad política, los movimientos hacia alianzas con sectores más moderados han despertado críticas tanto dentro como fuera del partido.
Otro desafío crucial para el PP es mantener la presión sobre el Gobierno mientras gestiona sus propias limitaciones y desacuerdos internos. Feijóo ha basado gran parte de su estrategia en denunciar los escándalos judiciales que salpican al Ejecutivo, desde el caso Koldo hasta las sospechas en torno a Begoña Gómez. A pesar de ello, el líder popular no ha logrado superar la barrera de la oposición, lo que aumenta la exigencia de resultados tangibles en 2025.
Vox: una oposición «total» y la búsqueda de consolidación
Por su parte, Vox ha anunciado una oposición «total» al Gobierno de Sánchez, siguiendo la línea de sus aliados europeos. Sin embargo, el partido enfrenta una encrucijada. La salida de los gobiernos autonómicos en coalición con el PP marcó un punto de inflexión que podría afectar su crecimiento electoral. Aunque Vox duplicó su representación en el Parlamento Europeo en 2024, su incapacidad para aumentar escaños en otras citas electorales refleja una estrategia que no siempre traduce el crecimiento en votos en poder institucional.
Santiago Abascal ha reafirmado su liderazgo tras superar tensiones internas, pero la irrupción de nuevas fuerzas políticas, como el partido de Alvise Pérez, amenaza con fragmentar aún más el espacio político de la derecha. Vox deberá equilibrar su discurso de confrontación con propuestas claras que atraigan a votantes desencantados, especialmente en temas como inmigración y economía.
Un año decisivo
Los efectos de la DANA y la gestión de las ayudas seguirán siendo un tema central en la agenda política, especialmente en comunidades como Valencia. Además, la crisis inmobiliaria, con alquileres que podrían subir hasta un 9% este año, y la inflación, aunque moderada, afectarán directamente a la ciudadanía, lo que exigirá propuestas económicas creíbles por parte de la oposición.
En el terreno parlamentario, la oposición se enfrenta a un Gobierno que, a pesar de sus 75 derrotas legislativas en 2024, ha demostrado capacidad de resistencia. La aprobación de leyes clave, como la reforma de la Ley de Vivienda o la Ley Mordaza, podría reforzar la narrativa gubernamental, dejando a la oposición en una posición reactiva.
Aunque, en principio, no se esperan elecciones generales en 2025, el clima político de este año será crucial para definir las estrategias hacia 2026. Tanto PP como Vox deben superar sus tensiones internas y consolidar su narrativa frente a un Gobierno que, a pesar de sus dificultades, sigue en pie.