Estas investigaciones son consecuencia a la sospecha de que algunos agentes pudieron haber facilitado información clave para asegurar una ruta de escape segura para Puigdemont, lo cual ha puesto en duda la integridad y eficacia del cuerpo policial.
Operativo de detención
El intento de detener a Carles Puigdemont en el centro de Barcelona el pasado jueves resultó en un fracaso. A pesar de contar con un despliegue de 400 agentes en la zona, el expresidente separatista logró evadir a las autoridades y escapar nuevamente a Waterloo, Bélgica. Según las autoridades, el operativo no estaba preparado para enfrentar un comportamiento tan inesperado de Puigdemont. Joan Ignasi Elena, el conseller de Interior en funciones, lamentó la aplicación de la ley de amnistía con el líder separatista y señaló que el operativo no anticipó la posibilidad de una fuga en medio de una multitud de simpatizantes. La estrategia de detención contemplaba un arresto discreto una vez que Puigdemont traspasara el perímetro de seguridad del Parlament. Sin embargo, nunca llegó a esa ubicación, lo que provocó que se perdiera entre la multitud de aproximadamente 2,500 personas que acudieron a ovacionarlo.
Ante el escándalo, los Mossos d’Esquadra han iniciado una investigación interna para determinar si hubo complicidad interna que facilitara la fuga de Puigdemont. Las sospechas recaen sobre agentes que podrían haber proporcionado información confidencial al equipo del expresident, ayudándole a evadir el dispositivo policial. Ya se han realizado tres detenciones: el propietario del vehículo usado en la fuga, Xavi Manso (antiguo escolta de Puigdemont), y un tercer individuo arrestado recientemente.
Fieles a Puigdemont dentro de la policía
No es un secreto que Carles Puigdemont cuenta con simpatizantes dentro de los Mossos d’Esquadra. En el pasado, varios agentes han colaborado con él durante sus permisos o vacaciones. Lluís Escolà, quien ayudó a Puigdemont a fugarse en 2017, es uno de los ejemplos más notorios de esta lealtad dentro de la policía catalana. La reciente fuga ha confirmado que este grupo de agentes-colaboradores está más activo que nunca, lo que ha generado preocupación sobre el impacto negativo en la reputación de un cuerpo policial compuesto por más de 18,000 funcionarios.
La situación ha desatado una crisis política y ha llevado a los Mossos d’Esquadra a emitir un comunicado reconociendo el fracaso del operativo. Eduard Sallent, el comisario jefe, explicó que el objetivo principal era garantizar la celebración del pleno de investidura, y aunque se intentó detener a Puigdemont, no se logró debido a la multitud que lo rodeaba.
Los sindicatos policiales, como la Unió Sindical de la Policia Autonòmica de Catalunya (Uspac), han exigido dimisiones inmediatas de los dirigentes policiales. La falta de resultados y las explicaciones insuficientes han llevado a los sindicatos a pedir la renuncia del conseller de Interior, el director general de la Policía y toda la prefectura de mandos de los Mossos, compuesta por unos 15 responsables. La percepción de haber hecho el ridículo ha aumentado la presión para que se tomen medidas correctivas drásticas.