El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha salido en defensa de los Mossos d’Esquadra tras la reciente fuga del expresidente catalán Carles Puigdemont. Durante su intervención en un Desayuno del Fórum Europa, Grande-Marlaska reconoció que “a veces las cosas fallan y es difícil justificarlo”, refiriéndose a la fuga, pero se mostró confiado en que “no se repetirá”.
Subrayó, además, que es fundamental “dejar a salvo a la nueva dirección de los Mossos y a la anterior”. El ministro destacó la importancia de mantener la “lealtad” institucional entre los diferentes consejeros catalanes de Interior y el nuevo equipo liderado por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, con Josep Luis Trapero como mayor de los Mossos. Según Grande-Marlaska, esta colaboración asegura que “la gente puede estar tranquila”.
Agradeciendo la presencia de representantes de los Mossos en el acto celebrado en Madrid, el titular de Interior admitió que la fuga de Puigdemont fue percibida por la Policía catalana como un “fracaso”. Sin embargo, aclaró que dicho incidente “no es debido a una falta de profesionalidad y diligencia” por parte del cuerpo autonómico, al que expresó todo su “respeto” y elogió por su “altísima profesionalidad”.
Grande-Marlaska también hizo referencia a la actuación de los Mossos durante las protestas de octubre de 2019 en Barcelona, calificando su coordinación como “extraordinaria” y resaltando que esa experiencia estableció una “lealtad inquebrantable” entre ambas instituciones.
Puigdemont entra en España y consigue salir sin ser detectado por la Policía
El momento más polémico del verano ha sido la llegada y marcha del expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, quien está fugado de la justicia española y vive desde hace varios años en Waterloo. Así, consiguió entrar en España sin ser detectado por la Policía y sin que nadie le localice en su fuga.
Esta operación se llevó a cabo gracias a políticos de Junts como Jordi Turrull, quien en una entrevista para la radio confesó cómo habían traído a Puigdemont a España y cómo se había escondido en un piso en el centro de Barcelona para que pudiera dar un breve discurso antes de la investidura del socialista Salvador Illa.
A pesar de la confesión de Jordi Turrull, recalcando que él había participado en la operación para meter en España y luego ayudar a huir a un prófugo de la justicia; el ministerio del Interior o las autoridades pertinentes no han visto en esta acción ningún tipo de delito penal.