Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, ha conseguido que los médicos no quieran ir a trabajar a las cárceles. El propio ministerio ha reconocido que el sistema penitenciario está en decadencia y ha confirmado la falta de sanitarios en las cárceles. Los datos reflejan este vacío en las vacantes para ocupar dichos puestos: el Gobierno abrió 106 plazas y únicamente se presentaron 13 aspirantes, de los cuales, solo seis finalizaron el proceso de selección.
A esta situación de caos en el sistema penitenciario, hay que sumarle que la plantilla actual de médicos que trabajan en las cárceles es de edad media elevada, lo que provoca un elevado número de bajas laborales. Esto aumenta aún más la presión sobre el escaso número de sanitarios que ya trabajan dentro del servicio penitenciario.
El Gobierno respondió en el Parlamento que, a pesar de que se están ofertando muchas plazas para médicos en las prisiones a través de las diferentes ofertas públicas de empleo, la mayoría de estas se quedan desiertas desde hace tiempo. Cabe destacar que en el último proceso de selección, convocado el 30 de noviembre de 2023, se abrieron 106 plazas: “Esta situación es igualmente trasladable a los procesos selectivos para la incorporación de personal funcionario interino”.
Según los datos proporcionados por Marlaska, la elevada media de edad de los médicos que ya trabajan en las cárceles conlleva una no desdeñable concurrencia de situaciones de incapacidad transitoria, permisos, excedencias, renuncias y jubilaciones anticipadas.
En España faltan médicos hasta en las cárceles
“El ministerio del Interior, que dirige Marlaska, ha sido incapaz de corregir, en los últimos cinco años, el modelo asistencial sanitario en las cárceles de nuestro país. Los datos son rotundos y muestran un desajuste generalizado en todos los centros penitenciarios: 46.000 reclusos y solamente 170 médicos. Este dato, si se extrapola al conjunto del personal sanitario, como el de enfermería, el ratio por recluso tiene cifras similares”, según ha publicado OKdiario.
El caso en el Cuerpo Facultativo de Sanidad Penitenciaria en España se comienza a agravar la situación debido a que ahora mismo, hacen falta cerca de 500 médicos más para poder ocupar las plazas en todas las cárceles de nuestro territorio; cifra difícil de cubrir debido a que es necesario implementar una serie de políticas especiales de ajuste, además de tener en cuenta la falta global de médicos que se necesita para cubrir estos puestos.
En una de sus intervenciones parlamentarias, Mónica García afirmó que el número de médicos había aumentado en un 20%. Sin embargo, esta declaración ha sido desmentida, ya que en Ceuta y Melilla no hay médicos asignados a los centros penitenciarios, lo que evidencia la falsedad de dicha afirmación.