No es ninguna novedad que los Oscars hayan perdido gran parte de su credibilidad en los últimos años. Sin embargo, siendo justos, también hemos tenido años fantásticos con galas memorables, reconocimientos valorados y premios bien merecidos. Sin ir más lejos, la gala del año pasado, con la triunfadora de la noche Oppenheimer de Christopher Nolan, fue una de las más destacadas que se recuerdan. Y por favor, no caigamos en la típica afirmación de «si no ganan tus favoritas, no es una buena gala». Una buena gala, para mí, es aquella en la que la mayoría de las entregas premian a películas o actores que realmente lo merecen. Aunque siempre haya favoritos, existen buenos trabajos que merecen ser reconocidos. Por otro lado, una mala gala es aquella en la que se entregan premios a películas o actores que no lo merecían, y aún peor, cuando la Academia se inclina más hacia cuestiones políticas o reconocimientos superficiales con el objetivo de transmitir un mensaje global, como si dijeran: «Miren cómo nos fijamos en estas cosas y les damos exposición». Por favor, el arte debe ser premiado por encima de todo. Basta con recordar las galas más antiguas de los Oscars, que no tienen absolutamente nada que ver con las actuales.
Sin duda, los Oscars son la entrega de premios más conocida a nivel mundial, aunque no siempre por las mejores razones. A lo largo de los años, hemos presenciado polémicas que parecían sacadas de una película, como el famoso bofetón de Will Smith o el error al anunciar La La Land como ganadora a Mejor Película, cuando en realidad el premio correspondía a Moonlight. Estos momentos han dado más que hablar por las risas y el marketing que generan, eclipsando en muchas ocasiones el verdadero propósito del evento: el reconocimiento al mérito cinematográfico.
Y no, no quiero sonar injusto. Muchas películas que a día de hoy recordamos con un eterno cariño, como El señor de los anillos: el retorno del rey o La lista de Schindler, dos de las mayores obras maestras de la historia del cine, recibieron en su momento premios justos y merecidos. Como antes he aclarado, al igual que ha habido galas que han dejado mucho que desear, hemos podido disfrutar de ediciones destacadas.
Esto lo recalco para no sonar injusto con el artículo de hoy. Sin embargo, Hollywood también es un escaparate de bochornos y decisiones incomprensibles. Lamentablemente, tras el anuncio oficial de las nominaciones de los Oscars 2025, ayer 23 de enero, las redes sociales, el público y las reacciones generales han sido de incredulidad. Esto se debe tanto a películas que han recibido un número excesivo de nominaciones como a categorías importantes en las que ciertas películas han sido injustamente ignoradas.
¿Cuáles han sido las nominaciones en general?
Las películas con más nominaciones han sido Emilia Pérez con 13, seguida por The Brutalist con 10 nominaciones, y Wicked que también acumula 10 nominaciones. Con 8 nominaciones encontramos empatadas a A Complete Unknown y Cónclave. Más atrás, Anora con 6 nominaciones y empatadas con 5The Substance y Dune 2 . Cerrando el listado de las más destacadas, Nosferatu cuenta con 4 nominaciones. Sin embargo, merece mención especial Flow, que logró un doble reconocimiento al estar nominada tanto a Mejor Película de Animación como a Mejor Película Internacional. Por su parte, dentro de las películas de animación, Wild Robot lidera con 3 nominaciones.
Emilia Pérez ha hecho historia al convertirse en la película de habla no inglesa más nominada en la historia de los Oscars, con 13 nominaciones. Sin embargo, siendo sincero, esto me parece una broma de muy mal gusto. Quiero dejar claro que no considero que la película sea mala, pero tampoco una obra maestra. Es una película correcta, con aspectos muy deficientes, algunas ideas brillantes y ciertos puntos destacables. Dicho esto, veo incomprensible que Emilia Pérez tenga una nominación a mejor fotografía, mientras que, sin embargo, Cónclave se ha quedado fuera de esta categoría, siendo junto a Nosferatu o Dune 2 las mejores películas en este apartado.
Estamos hablando de que Emilia Pérez ha conseguido el mismo número de nominaciones que El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, Oppenheimer o grandes obras maestras como Lo que el viento se llevó y Forrest Gump. ¿De verdad esta película tiene el nivel para igualarse a estas? ¿De verdad alguien considera que Emilia Pérez es una mejor película que Dune 2 o Cónclave? Lo dudo muchísimo. No menciono The Brutalist porque aún no la he visto, pero según la crítica es una película sobresaliente, lo que me lleva a intuir que también es superior a Emilia Pérez. Y por si esto no fuera suficiente, vayamos a los datos, que hacen que cualquiera se lleve las manos a la cabeza.
Denis Villeneuve, uno de los mejores cineastas del panorama actual, estrenó Dune 2, considerada una de las obras de ciencia ficción mejor valoradas de la historia del cine y una de las secuelas con mayor puntaje en las principales páginas de renombre. Sin embargo, no consigue estar nominado a Mejor Director, mientras que otros, en mi opinión inferiores, sí lo están (y prefiero ahorrarme mencionar nombres). La lista de decisiones incomprensibles sigue: Nosferatu, la mejor película de terror del año pasado y uno de los mejores remakes jamás realizados, a pesar de obtener 4 nominaciones técnicas, no logra entrar en la categoría de Mejor Película. Y, por si fuera poco, creo que Dune 2 merecía mucho más que las 5 nominaciones que recibió, pero ese ya es otro tema.
La actuación increíble de Margaret Qualley en The Substance, considerada una de las mejores interpretaciones de 2024, también ha quedado fuera de las nominaciones, algo completamente incomprensible. Pero más allá de casos aislados, el hecho de que Emilia Pérez haya conseguido 13 nominaciones en los Oscars, colocándose al nivel de películas históricas del cine, me parece simplemente incomprensible.
Otro dato relevante es que Karla Sofía Gascón ha hecho historia al convertirse en la primera actriz transexual en ser nominada al Oscar. Este hecho también ha generado polémica, ya que actrices como Lily-Rose Depp en Nosferatu o Nicole Kidman en Babygirl han ofrecido interpretaciones infinitamente superiores. Incluso Angelina Jolie en María fue una sorpresa al quedarse fuera de las nominaciones, especialmente considerando que sí estuvo nominada en los Globos de Oro. Pero bueno, quizá esto responde a otro tipo de motivos… ya sabemos cuáles.
Seré sincero y no me cortaré: cuando Francia seleccionó a Emilia Pérez para representar al país en los Oscars por encima de una obra de arte como El Conde de Montecristo, quedó claro que se estaban valorando otras cosas distintas del arte. Lamentablemente, estos son los tiempos que nos tocan vivir. Dicho esto, hay que admitir que a Francia la jugada le salió genial y todo encajó perfectamente.
Y ojo, no tengo ninguna queja con el concepto o la idea de la película; al contrario, me parece fascinante. Mis problemas están con la ejecución. Es una película con muchos puntos muy débiles: actuaciones de bajo nivel, números musicales mediocres y un guion que alterna entre buenos y malos momentos. Es, en definitiva, una obra irregular. Y si miramos al director, Jacques Audiard, este tiene películas infinitamente mejores en su filmografía, como Un profeta o Los hermanos Sisters.
Por no hablar de los propios mexicanos, quienes están bastante disgustados y cabreados con Emilia Pérez (que, por si no lo sabíais, se ambienta en México y se habla en español). Esta es una película que representa de manera bastante deficiente la cultura mexicana, y ni siquiera se molestó en escoger a un actor mexicano para lograr una representación más auténtica. Es triste que una obra cinematográfica que no cuidó ni siquiera su lenguaje con los actores haya recibido un reconocimiento tan grande, que considero inmerecido. Aunque, claro, ya sabemos por qué suceden estas cosas. Pero recordad siempre algo: el mejor premio es el reconocimiento del público. Es lo que perdura en las mentes de la audiencia, lo que la gente comenta en redes o en la calle, lo que se recuerda y se comparte con los años. Emilia Pérez, claramente, no es el caso.
El tiempo lo dirá, y en la gala de marzo durante la entrega de los Oscars veremos cuántas estatuillas se lleva, aunque desde luego será más de una. Y repito, no me malinterpretéis: no he dicho que sea una mala película. Mi nota estaría alrededor de un 6. Sin embargo, una cosa no quita la otra.
Cuando una película recibe más de 10 nominaciones, lo cual es una barbaridad, estamos hablando de un reconocimiento reservado para obras verdaderamente grandiosas y glamorosas. Y me atrevo a decir, sin pestañear, que Emilia Pérez es probablemente la película con más nominaciones en la historia del cine de manera tan injusta.
¿Por qué los Oscars son capaces de ofrecer una gala tan destacada como la de 2024 y, al año siguiente, caer en una polémica tan grande como la de 2025? Es una pregunta que invita a la reflexión. Contestad vosotros mismos… El arte debe estar siempre por encima de todo.
