En una reciente intervención, Pablo Iglesias se dirigió con ironía a las élites políticas españolas y europeas para criticar la forma en que se aborda el tema de Venezuela. Citando un tuit de Juan José Millás, el exlíder de Podemos señaló que la preocupación sobre si el país latinoamericano es una dictadura o democracia se utiliza para evitar hablar de los problemas internos que afectan a la población en España.
“Venezuela es una dictadura terrible”, dijo Iglesias en tono irónico, sugiriendo que la manera en que se presenta la situación en el país es desproporcionada en comparación con otras realidades políticas. “Es una dictadura terrible, pero peor que la dictablanda de Franco, peor que la de Chile y, a lo mejor, peor también que esa democracia donde vive Juan Carlos I renegociando sus herencias en un paraíso fiscal”, añadió.
En su discurso, Iglesias subrayó la contradicción que, según él, existe en la política exterior española y europea respecto a Venezuela. “La palabra ‘Venezuela’ para las élites políticas españolas y europeas es un sinónimo de hipocresía para no hablar de los problemas de la gente de aquí”, afirmó. A modo de ejemplo, mencionó que, aunque se considera una dictadura, la oposición venezolana gobierna más de 100 alcaldías y tres estados.
Iglesias también destacó la ausencia de coherencia en la política española al no pedir a empresas como Repsol que dejen de hacer negocios en Venezuela. “Hay una manera más fácil de encararla y es que el PP y el PSOE le pidan a Repsol que deje de hacer negocios con Venezuela”, propuso. Según Iglesias, cuando se les plantea esta cuestión a líderes políticos como Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo, la respuesta es el silencio. “Vamos a descubrir que eso no se lo piden”, insistió, subrayando que, a su juicio, las críticas a Venezuela son más un “paripé para discutir en el Parlamento”.
En su comparación de la situación venezolana con otros contextos políticos, Iglesias ironizó sobre la forma en que se juzgan las relaciones internacionales. “Mucho peor que Arabia Saudí, mucho peor que China, donde acaba de estar el gobierno y donde ha estado el rey de España saludando a Xi Jinping”, dijo, sugiriendo que las críticas a ciertos países son selectivas y no se aplican a aliados estratégicos de Occidente, a pesar de las denuncias de violaciones a los derechos humanos en dichos países.
El exvicepresidente del gobierno español dejó claro que, aunque se critique a Venezuela, el trasfondo del debate está más relacionado con la política interna y los intereses económicos que con una verdadera preocupación por la situación en el país latinoamericano. “Esto es un paripé”, concluyó Iglesias, refiriéndose al debate político sobre Venezuela en el Parlamento español.
Con estas declaraciones, Pablo Iglesias busca poner de manifiesto lo que considera una doble vara de medir en la política internacional de España y Europa, en la que se utiliza la situación de Venezuela como un argumento recurrente para desviar la atención de los problemas locales y evitar confrontar intereses económicos de grandes empresas con operaciones en el país caribeño.