El barrio de El Saladillo, en Algeciras, atraviesa momentos de tensión tras una serie de incidentes violentos que han puesto de manifiesto un clima de inseguridad y abandono. La agresión a un menor para robarle un patinete, sumada a tiroteos, violencia de género y secuestros recientes, ha llevado a los vecinos y asociaciones locales a exigir una intervención inmediata por parte de las autoridades.
Una semana marcada por la violencia
El suceso que encendió las alarmas ocurrió el pasado 16 de noviembre. Un menor fue brutalmente agredido mientras jugaba al fútbol en las pistas deportivas del barrio. Tres jóvenes lo acusaron falsamente de haber robado una cadena, lo golpearon, utilizaron una defensa extensible y un perro para atacarlo y, finalmente, le robaron su patinete. La víctima, con heridas en los brazos y una mordedura en la pierna, necesitó atención médica y denunció los hechos con el apoyo de sus padres.
Gracias a la rápida acción policial, los tres responsables fueron detenidos, aunque solo uno tenía antecedentes. A pesar de negar su implicación, pruebas contundentes confirmaron su participación. Este caso, unido a otros episodios recientes, ha generado una creciente sensación de inseguridad entre los vecinos.
El Saladillo no solo enfrenta el problema puntual de esta agresión. En días recientes, se han registrado incidentes graves: disparos al aire en calles con niños jugando, la agresión a una mujer que fue lanzada desde un segundo piso y el secuestro de un bebé por parte de su padre. Estos sucesos han llevado a las asociaciones vecinales, como la Federación de Asociaciones de Vecinos de Algeciras (FAVA), la Intercultural Saladillo y Verde y Blanca, a levantar la voz.
Dris Mohamed, presidente de Intercultural Saladillo, señala que la inseguridad es síntoma de problemas estructurales como la falta de iluminación, servicios básicos y espacios públicos en condiciones. Los vecinos también han criticado el abandono de infraestructuras esenciales, como la biblioteca del barrio, cerrada desde 2019.
Demandas de los vecinos y respuesta política
Ante esta situación, los vecinos han exigido medidas urgentes. Piden más presencia policial, programas sociales y el retorno de la llamada “policía de barrio”. También exigen la reactivación de la Mesa Técnica del Saladillo, un compromiso electoral del gobierno local que, según los residentes, quedó en el olvido.
El PSOE de Algeciras ha respaldado estas demandas, señalando que la inseguridad no puede abordarse únicamente desde el ámbito policial. Fran Fernández, viceportavoz socialista, subraya la necesidad de un plan integral para combatir la exclusión social y mejorar las condiciones de vida en la zona sur de Algeciras. Además, el partido ha criticado la falta de reuniones regulares de la Comisión de Seguridad Ciudadana, lo que, en su opinión, agrava la desatención.
Por su parte, representantes del Ayuntamiento han defendido su gestión, explicando que la Mesa Técnica fue sustituida en 2017 por la Comisión Algeciras Sur, que incluye mesas sectoriales y reuniones periódicas. Paula Conesa y Jorge Juliá, tenientes de alcalde, aseguran que trabajan de manera directa con los vecinos y rechazan las críticas del PSOE.
El Saladillo refleja los desafíos de muchas barriadas españolas que enfrentan la combinación de violencia, abandono social y desconfianza en las instituciones. Mientras los vecinos exigen seguridad y dignidad, queda en manos de las administraciones locales y regionales responder con acciones efectivas que transformen el entorno y devuelvan la tranquilidad al barrio. La reactivación de espacios comunitarios, mejoras en infraestructuras y políticas sociales inclusivas serán clave para lograrlo.