Imagen del último consejo nacional de ERC durante la intervención de Marta Rovira. / ERC
ERC ha situado la financiación singular en el centro del debate al considerarla un elemento esencial para investir al socialista Salvador Illa, ganador de las elecciones del pasado 12 de mayo. En realidad, es una medida que el Govern catalán puso sobre la mesa en el mes de marzo, cuando entonces lo pilotaba Pere Aragonès, pero que vuelve ahora al debate político en plenas negociaciones para formar un nuevo ejecutivo.
Los catalanes no han recibido una respuesta negativa por parte del Gobierno central. Es más, son conscientes de la ajustada mayoría con la que cuentan los socialistas y Sumar en el Congreso de los Diputados. Por eso, ante una repetición electoral en Cataluña, que podría desestabilizar la legislatura y retrasar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, los catalanes han decidido tirar por esta vía.
Sin embargo, aunque la medida se ponga en marcha y los socialistas consigan el apoyo de los republicanos, seguirá pendiente el apoyo de otro actor fundamental: Junts, el partido del expresidente Carles Puigdemont, quien también pugna con Illa por el liderazgo de la Generalitat y que ya ha advertido del “chantaje” que a su juicio supone ligar una financiación “singular” para Cataluña a la investidura del candidato socialista.
¿Qué es la financiación singular que exige ERC y que Junts la ve como un “chantaje”?
Es una medida inspirada en el llamado “cupo vasco” que tiene como objetivo que la Generalitat recaude el 100% los impuestos que se pagan en Cataluña —en vez del actual 9%— y que, después, se transfiera al Estado una parte a determinar por los servicios que presta en la comunidad, más otra partida para “contribuir a la equidad entre territorios”. Esto implicaría que de los poco más de 25.600 millones recaudados en 2021 —sin contar los casi 4.900 millones de tributos propios—, la Generalitat podría ingresar hasta casi 52.000 millones, según sus cálculos. Esto es, más del doble.
Tal como explicó ERC en el mes de marzo, las partidas se acordarían y revisarían periódicamente, en el marco de “un mecanismo bilateral” entre la Generalitat y la Administración Central. Además, su implantación sería escalonada, por la complejidad de que la Hacienda catalana asumiera toda la gestión.
“El PSC debe saber que si Pedro Sánchez no es capaz de mover ficha en la financiación singular (para Cataluña) será muy difícil que ERC le pueda dar apoyo. Salvador Illa debe tener bien presente esto, porque nosotros tenemos que estar al lado de las necesidades del país”, sentenció la secretaria general de ERC Marta Rovira.