El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se anticipa a un otoño complejo con una estrategia ofensiva que refleja su intención de resistir a las dificultades que se avecinan. Consciente de que la legislatura sigue marcada por una sensación de interinidad desde las elecciones del 23 de julio, Sánchez ha comenzado el nuevo curso político adaptándose a un «nuevo ciclo» que no ha logrado estabilizar el panorama como se esperaba en Moncloa.
Desestabilización interna y externa por Cataluña
La resolución de la gobernabilidad en Cataluña, lejos de despejar el horizonte, ha complicado aún más la situación. El pacto fiscal con ERC, que permitió la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, ha generado una desestabilización significativa tanto dentro del grupo político, por las discrepancias sobre el trato preferente a Cataluña, como en la gobernabilidad del país. En Moncloa, ya se contempla la posibilidad de prorrogar los presupuestos hasta 2025 debido a las dificultades para obtener el apoyo necesario en el Congreso.
Reestructuración interna del partido y el Gobierno
Ante la inminente parálisis legislativa en el último trimestre del año, Sánchez ha decidido abordar una reestructuración tanto en el PSOE como en el Gobierno. Esto incluye la celebración anticipada del 41º Congreso Federal del partido a finales de noviembre, donde Sánchez buscará su reelección como secretario general en un contexto de control y fortaleza. A nivel gubernamental, la salida de Teresa Ribera hacia la Comisión Europea y la posible designación de José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España, abren la puerta a una remodelación del Ejecutivo, orientada a reforzar su resistencia frente a la oposición.
Revitalización de federaciones y territorios clave
Además de la reestructuración interna, Sánchez se enfocará en revitalizar federaciones que han perdido competitividad electoral. Andalucía, que solía ser un bastión socialista, y la Comunidad de Madrid, dominada por Isabel Díaz Ayuso, son dos de los territorios que Sánchez pretende recuperar. También está pendiente la renovación en Aragón, con la salida de Javier Lambán, y en Castilla y León, donde se celebrarán elecciones próximamente.
Incertidumbre y expectativas de cambios profundos
En el PSOE cunde el nerviosismo ante los posibles movimientos de Sánchez, conocido por sus decisiones inesperadas. Fuentes del partido anticipan «cambios profundos» en su estructura, con un enfoque en reactivar territorios y modificar equipos ministeriales que no han logrado impacto en la opinión pública. Esta estrategia busca consolidar el liderazgo de Sánchez y asegurar la estabilidad de su gobierno en un contexto político cada vez más adverso.