El presidente del Gobierno ha comenzado a moverse en un escenario electoral incierto, donde la posibilidad de un adelanto electoral ya no es una simple especulación, sino una realidad palpable. A pesar de las declaraciones oficiales que indican que la legislatura tiene aún tres años por delante, fuentes gubernamentales han revelado que Sánchez está considerando la opción de convocar elecciones antes de agotar su mandato, posiblemente en 2026.
Sánchez ha encargado a su equipo electoral que realice estimaciones de voto del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para tres horizontes temporales: 12, 24 y 36 meses. Este encargo, realizado tras las vacaciones de verano, se da luego de varias derrotas parlamentarias y un creciente temor a una moción de censura que podría ser impulsada por las fuerzas de derecha. Esta estrategia responde a la necesidad de estar preparado ante un posible escenario adverso, especialmente en el caso de que las negociaciones con Junts, que se han encauzado recientemente, no culminen en un apoyo sólido para el Gobierno.
Estrategia frente a Sumar
Una de las obsesiones del PSOE en este momento es alcanzar un 35% de los votos. Según los analistas del partido, este umbral es importante para consolidar su posición como primera fuerza electoral y maximizar la representación en el Congreso. La estrategia socialista se centra en “aniquilar” a Sumar, el socio minoritario del Gobierno, cuyo apoyo ha disminuido considerablemente, situándose alrededor del 6%. El objetivo es atraer a los votantes que podrían optar por un voto útil en favor del PSOE, lo que permitiría al partido capitalizar el descontento hacia su socio.
Las estimaciones actuales indican que el PSOE ronda el 32% de intención de voto, con el PP no muy lejos, en torno al 30%. Este estrecho margen de dos puntos porcentuales sugiere un empate técnico, lo que aumenta la presión sobre Sánchez para actuar. Los estrategas socialistas han señalado que un “sorpasso” entre PSOE y PP podría ser posible, especialmente si se logra captar el descontento de los votantes de Sumar.
Sánchez está consciente de que una situación económica adversa podría impactar negativamente en la intención de voto a partir del segundo semestre de 2026. Por ello, su estrategia incluye capitalizar la actual bonanza económica antes de que se produzca un eventual deterioro. En este sentido, la figura del nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se perfila como clave en la comunicación de los logros económicos del Gobierno.
La gestión de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se ha convertido en un elemento central de la estrategia del Gobierno. La aprobación de estas cuentas es vista como un factor determinante para estabilizar la situación política y mejorar las perspectivas electorales del PSOE. Sin embargo, el partido también es consciente de que, independientemente del resultado de los presupuestos, podría haber elecciones anticipadas.