El Real Decreto ómnibus, rechazado en el Congreso tras la votación del miércoles, ha dejado al Gobierno de Pedro Sánchez en una posición de vulnerabilidad que todo el arco parlamentario, salvo Vox, no ha dudado en aprovechar. Sumar, Podemos, ERC y otras fuerzas políticas han intensificado la presión sobre el PSOE para que impulse nuevos decretos sociales con urgencia, evidenciando las crecientes fracturas dentro de la coalición gubernamental y los desafíos que enfrenta Sánchez para consolidar una mayoría parlamentaria.
Tensiones entre Sumar, Podemos y el PSOE
La división dentro del Ejecutivo es evidente. Sumar ha reiterado su apoyo a las medidas sociales contenidas en el decreto rechazado, pero ha instado al PSOE a no perder tiempo y presentar alternativas, sin aclarar si deberían ser decretos individuales o nuevamente una propuesta conjunta. La postura ambigua del partido liderado por Yolanda Díaz contrasta con la de Podemos, que se ha mostrado más contundente: los morados apuestan por mantener el formato único del decreto ómnibus para garantizar que medidas prioritarias, como la prohibición de desahucios, no queden desprotegidas en el debate político.
Podemos también ha acusado al presidente Sánchez de utilizar estrategias partidistas basadas en el ataque a la oposición en lugar de centrarse en la defensa de las políticas sociales. Esta tensión refleja un distanciamiento creciente entre los socios de coalición, donde las diferencias sobre cómo abordar las políticas clave están alimentando una narrativa de fragilidad gubernamental.
En el bloque independentista, ERC se ha posicionado a favor de separar las medidas sociales en decretos independientes. Para los republicanos catalanes, esta estrategia no solo permite evidenciar las posturas de cada partido en cuestiones clave, sino que también refuerza su enfrentamiento político con Junts, buscando consolidar su liderazgo dentro del independentismo catalán.
Mientras tanto, Junts y el Partido Popular han exigido al Gobierno que priorice el llamado «escudo social», criticando la falta de urgencia y estrategia por parte del PSOE. El PP, liderado por Núñez Feijóo, ha utilizado esta situación para reforzar su narrativa sobre un gobierno ineficaz, debilitado por las divisiones internas y dependiente de alianzas frágiles.
El rechazo del decreto ómnibus y la presión de prácticamente todo el hemiciclo han puesto a Pedro Sánchez en una posición complicada. Por un lado, debe encontrar un equilibrio entre las demandas de sus socios de coalición y las expectativas del resto del Congreso. Por otro, enfrenta una oposición que busca capitalizar cada paso en falso del Gobierno.