El partido Ciudadanos se encuentra en las últimas etapas de su existencia después de casi dos décadas de actividad política. Con su fundación en 2006, la formación liderada por Albert Rivera irrumpió en el Parlament catalán con tres escaños, y en 2017 alcanzó su máximo apogeo al convertirse en un obstáculo significativo para el movimiento independentista, obteniendo 36 diputados con Inés Arrimadas como cabeza visible.
Sin embargo, la situación actual pinta sombría para el partido, con encuestas que apuntan a la desaparición de sus seis únicos diputados. A pesar de sus esfuerzos en la campaña electoral por posicionarse como la única alternativa efectiva contra el independentismo, y su crítica a los posibles pactos entre el PSC y el PP con Junts, Ciudadanos parece estar llegando al final de su camino.
El candidato naranja, Carlos Carrizosa, incluso consideró la posibilidad de apoyar al PSC en un último intento desesperado por sobrevivir, aunque anteriormente había negado esa opción. Este gesto evidencia la difícil situación en la que se encuentra el partido, especialmente después de su eliminación del panorama político nacional y su reducida presencia en otras comunidades autónomas, con apenas seis diputados en Europa.
Con cerca de 158.000 votos en juego, tanto el PP como el PSC están intentando atraer el electorado naranja, siendo el cinturón rojo de Barcelona un área de particular interés, ya que fue previamente conquistada por Ciudadanos en 2017. Las últimas acciones del partido incluyeron un acto de campaña en la cárcel de Lledoners, donde expresaron su deseo de que Carles Puigdemont, líder independentista, cumpla condena por los delitos que se le imputan.