El caso de Daniel Sancho, quien está encarcelado en la prisión de Koh Samui en Tailandia desde el 6 de agosto de 2023, después de confesar el asesinato y desmembramiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta.La sentencia de este caso será el 29 de agosto.
Nuevos argumentos
En el último intento por evitar una condena severa, la defensa de Sancho ha presentado un informe de 31 folios firmado por Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás. En este documento, los abogados intentan demostrar que Sancho no actuó con premeditación. Argumentan que Arrieta murió accidentalmente por un golpe en el alojamiento de Sancho en Ko Pha Ngan y que las acciones de Sancho después de la muerte fueron improvisadas.
La defensa desglosa varias compras realizadas por Sancho antes y después de la muerte de Arrieta. Por ejemplo, la sierra comprada el 1 de agosto fue para cortar cocos y madera, según su defensa, y no tenía relación con el asesinato. El kayak, que utilizó para deshacerse de los restos de Arrieta tras descuartizarlo, fue adquirido cinco horas después de la muerte, lo que sugiere que Sancho estaba improvisando. Otro punto de la defensa es la compra de bolsas de basura. Argumentan que Sancho no usó exclusivamente las bolsas compradas el 1 de agosto, sino también otras, lo que apoya la idea de que no había una premeditación.
Sus abogados también señalan que Sancho no ocultó su identidad ni sus datos personales en ningún momento. Afirman que, si hubiera planificado el crimen, no habría dejado su pasaporte original como depósito ni habría dejado rastros biológicos en su primer alojamiento. Esto refuerza la idea de que no había un plan premeditado para asesinar a Arrieta.
Daniel Sancho ha estado encarcelado durante un año desde el 6 de agosto de 2023, El juicio, que ha durado más de un mes, culminará con la sentencia el próximo 29 de agosto. Sancho, nieto del famoso actor Sancho Gracia, se encontraba de vacaciones en Koh Phangan, Tailandia, cuando ocurrieron los hechos.
La noticia del asesinato conmocionó al público, principalmente porque la relación entre Sancho y Arrieta no era conocida. La policía tailandesa concluyó que se trataba de un crimen premeditado. Sin embargo, Sancho afirmó: «Soy culpable, pero yo era su rehén», sugiriendo que Arrieta lo tenía bajo algún tipo de coerción. En Tailandia, la legislación contempla la pena de muerte para crímenes graves como el que cometió Sancho, y tanto la policía como la fiscalía insistieron durante el juicio en que fue un asesinato premeditado, lo que podría aumentar su condena. La defensa de Daniel Sancho está centrada en demostrar que las acciones que siguieron a la muerte de Edwin Arrieta fueron resultado de una improvisación con el fin de reducir la gravedad de la condena e intentar librar al joven de la pena capital. Ahora el juez tiene un mes con todo sobre la mesa para poder decidir el futuro del joven español, que lleva encarcelado en la prisión de Koh Samui desde hace casi 1 año.