Imagen del correo enviado a David Sánchez
La trama de los correos electrónicos entre Luis Carrero, antiguo asesor del Gobierno, y David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, ha destapado una curiosa sinfonía de conexiones. En uno de estos correos, Carrero se dirige a David Sánchez con un cariñoso «Querido hermanito», dejando entrever una relación mucho más cálida que la de simples colegas. Lo interesante no es solo el tono afectuoso, sino el contexto: en aquel entonces, Carrero aún formaba parte del Gabinete de Presidencia, pero ya parecía estar ensayando como asesor extraoficial del músico.
En el correo, fechado antes de que Carrero dejara Moncloa, se menciona el «Proyecto Operegrina», una iniciativa transfronteriza para promocionar la ópera entre España y Portugal con un presupuesto nada modesto de más de seis millones de euros. ¿Casualidad? Quizá. Pero la jueza que investiga esta peculiar partitura no parece estar muy convencida.
El contenido del correo no tiene desperdicio. Carrero, con cierta resignación, anuncia su posible «expulsión» de Moncloa y se ofrece humildemente para colaborar con Sánchez desde la Oficina de Artes Escénicas de la Diputación de Badajoz. Todo ello con referencias a documentos que incluyen funciones del Departamento de Comunicación y Acción Cultural. Eso sí, dejando claro que él no será protagonista, «con la participación de Ángel o de quien tú veas». Una especie de backstage burocrático, pero con toques de camaradería.
La historia adquiere un nuevo matiz cuando se recuerda que Carrero fue contratado posteriormente, sin oposición, como jefe de Sección de Coordinación de Centros y Programas de Actividades Transfronterizas en la Diputación de Badajoz, con un sueldo de 55.267 euros anuales. Una posición creada especialmente para él y que ha generado más de un levantamiento de cejas. ¿El concurso de méritos fue realmente un concurso o una función ensayada con antelación?
Por si esto fuera poco, los correos también desvelan que Carrero, mientras estaba en el Gabinete de Presidencia, realizaba labores relacionadas con asuntos delicados para Sánchez, incluyendo las siempre polémicas contrataciones en la Diputación. Una colaboración que parece haber sido una transición armoniosa entre dos mundos: el de la política de alto nivel y el de las artes escénicas en Badajoz.
¿Es esto una trama de conspiraciones? ¿O simplemente un intercambio de favores entre amigos que comparten amor por la ópera y la política? Sea como sea, la investigación de la jueza promete arrojar luz sobre esta singular melodía que, por ahora, sigue sonando a puertas cerradas.