Un miembro de los Mossos d’Esquadra ha sido ingresado en prisión sin fianza por presuntos delitos de agresión sexual continuada y posesión de pornografía infantil. Este oficial ya había sido encarcelado en agosto pasado por otro caso de agresión sexual contra una mujer con discapacidad intelectual, pero posteriormente fue liberado. Sin embargo, tras nuevos hallazgos en sus dispositivos móviles por parte de la división de asuntos internos de la policía catalana, se le implicó en la violación reiterada de una persona de su círculo cercano, presuntamente cometida antes de su primera detención.
Dos detenciones en siete meses
El agente ha estado en prisión desde el 13 de marzo, por mandato del juzgado de instrucción 3 de Manresa. Además, se le ha impuesto una orden de alejamiento de 1.000 metros respecto a la víctima y se le prohíbe cualquier tipo de comunicación con ella. El oficial ya estaba suspendido de empleo y sueldo cuando fue detenido por segunda vez en siete meses.
El inicio de la investigación
La investigación inicial se inició el año pasado, cuando los padres de la primera víctima descubrieron en el teléfono del agente mensajes sospechosos. Con una larga experiencia en la unidad científica de los Mossos, sus colegas de asuntos internos lo arrestaron en agosto por supuestamente engañar a la víctima haciéndole creer que las prácticas sexuales eran parte de un curso de masajista.
Un posible caso de pornografía infantil
Tras pasar varios meses en prisión preventiva y ser liberado a la espera de juicio, nuevos elementos encontrados en sus dispositivos móviles llevaron a su segundo arresto. Aunque el agente ha desarrollado su carrera en la unidad científica sin levantar sospechas hasta el año pasado, estos recientes eventos han arrojado una nueva luz sobre su comportamiento.
Aumentan los delitos sexuales
Este tipo de delitos no son los que más aumentan. El año pasado se registraron un 15% contra la libertad sexual (unas 19.981 denuncias) y un 14% las agresiones con penetración, lo que supone un aumento del 15,1% respecto al mismo periodo de 2022. Sin embargo, los secuestros (45,2%) y las estafas informáticas (27%) son los que más han aumentado, según el Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior.