Imagen: Agente de la Policía de Canarias-Europa Press
La Fiscalía ha solicitado una condena de cinco años de cárcel para un hombre subsahariano acusado de intentar agredir sexualmente a una mujer sintecho en una chabola de Santa Cruz de Tenerife. Los hechos tuvieron lugar en julio de 2023, y este lunes se ha celebrado el juicio en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de la isla canaria.
El acusado negó en la Sala haber cometido la agresión, alegando que las lesiones de la víctima se debieron a una caída provocada por el estado de embriaguez de la mujer. Sin embargo, según el testimonio de la afectada, el incidente ocurrió después de que el hombre, tras consumir alcohol y drogas, intentara forzarla mientras ella dormía en una chabola de las que hay en la zona del Pabellón Pancho Camurria.
Aunque vivían juntos, no eran pareja
El acusado, que vendía diversos productos en el Rastro de la ciudad, la invitó a quedarse algunas noches en su infravivienda. A cambio, la mujer debía compartir la comida que compraba en un supermercado gracias a una tarjeta facilitada por una entidad solidaria.
Ambos, no obstante, aclararon que no eran pareja. La víctima, también inmigrante, tiene una hija menor de edad y en aquella época, debido a su situación, residía con su padre.
Según el testimonio de la mujer, el acusado comenzó con insinuaciones, asegurando que podía ayudarla económicamente y ofreciendo compartir el dinero del Ingreso Mínimo Vital que supuestamente había recibido. Ante la negativa de la víctima, quien insistió en que tenía pareja, además de una hija a la que antes hemos mencionado, el hombre reaccionó violentamente, acusándola de «racista» y afirmando que, de no ser negro, se habría acostado con él.
Desde ese momento, se inició un forcejeo, pues el acusado le intentó abrir las piernas por la fuerza. La perjudicada gritó y pidió ayuda, y además, lógicamente, trató de defenderse, empujando y dando patadas al individuo.
La víctima detalló que, durante dicho forcejeo, recibió un puñetazo en el ojo izquierdo, cortes en la pierna con una pulsera y fue tocada en sus pechos y genitales por encima de la ropa. A pesar de las agresiones, logró escapar de la chabola, aunque sufrió un esguince en el tobillo durante la huida.
En los días siguientes, permaneció escondida en el Parque La Granja hasta que fue localizada por personal de la Unidad Móvil de Acercamiento del Ayuntamiento, quienes la ayudaron a presentar la denuncia ante la Policía Nacional.
Tras lo ocurrido, se impuso al acusado una orden de alejamiento de la víctima que quebrantó posteriormente. Por esta violación de la medida cautelar, fue condenado a nueve meses de prisión en una sentencia de conformidad.
El acusado era reincidente
La víctima explicó en el juicio que, cuando contó a la Policía quién había sido el responsable de la agresión, los agentes le confesaron que este individuo ya había recibido con anterioridad denuncias por delitos contra la libertad sexual, pese a lo cual continuaba en España.