En las últimas semanas, Vox ha endurecido sus críticas al Partido Popular (PP) en varias regiones y escenarios políticos, reflejando tensiones crecientes dentro de los gobiernos de coalición y alianzas entre ambas formaciones. Las discrepancias abarcan desde presupuestos municipales y regionales hasta diferencias estratégicas en Europa, marcando una escalada en la confrontación política entre estos partidos que comparten electorado.
Críticas al liderazgo del PP en Europa
A nivel europeo, Vox ha aprovechado el reciente nombramiento de Santiago Abascal como presidente del grupo Patriots for Europe, que incluye a figuras como Viktor Orbán y Marine Le Pen, para arremeter contra la influencia del PP en Bruselas. Desde Vox se acusa a los populares de carecer de relevancia en el Parlamento Europeo, especialmente en relación con el controvertido nombramiento de Teresa Ribera como comisaria. «No hay ningún tipo de pacto que pueda ser aceptable para que alguien tan negligente como Ribera sea elegida», sentenciaba José Antonio Fúster, portavoz nacional de Vox.
Fúster calificó de «irrelevante» el papel del PP en el Partido Popular Europeo (PPE) y criticó las condiciones que los populares han impuesto para bloquear a Ribera, calificándolas de «teatro político». «Si de verdad el PP no quiere que Ribera sea comisaria, que utilice su influencia en el PPE para que vote en contra. Si sale, será que son irrelevantes», aseguraba el portavoz de la formación verde.
Según Fúster, mientras Abascal ha logrado un «no rotundo» a Ribera por parte de su grupo, el PP sigue mostrando tibieza, lo que pone en evidencia su «falta de firmeza».
Conflicto en Burgos: las ONG como detonante
En el Ayuntamiento de Burgos, Vox ha votado en contra de los presupuestos propuestos por el PP tras la decisión de la alcaldesa Cristina Ayala de mantener las ayudas a tres ONG que asisten a migrantes. Inicialmente, ambos partidos habían acordado eliminar esta partida de 119.000 euros, pero Ayala rectificó tras la presión de unas 5.000 personas que se manifestaron en la Plaza Mayor.
El líder de Vox en Burgos, Fernando Martínez-Acitores, justificó la postura de su partido argumentando que esos fondos deberían redirigirse a Juventud, Infancia y Mayores. Sin embargo, tras el rechazo a su propuesta, Vox se negó a respaldar los presupuestos. Este enfrentamiento pone en peligro la estabilidad del gobierno local, ya que el PSOE también votará en contra, dejando a Ayala con la opción de prorrogar las cuentas o someterse a una moción de confianza.
Tensiones en Extremadura: los presupuestos en el aire
En Extremadura, Vox ha adoptado una postura similar al rechazar de entrada los presupuestos presentados por el gobierno regional liderado por María Guardiola (PP). Según el portavoz de Vox en la Asamblea, Óscar Fernández Calle, su partido no tiene «ningún tipo de obligación contractual» para apoyar las cuentas, ya que el PP no ha cumplido con las condiciones establecidas en el marco de negociación nacional ni las 60 medidas del pacto de gobernabilidad regional.
Fernández Calle señaló que, aunque existe un «acuerdo de confidencialidad» entre ambas formaciones, Vox no está dispuesto a ceder sin que se reflejen sus demandas en el proyecto de presupuestos. Esta postura deja al PP en una posición complicada, sin garantías de que sus propuestas sean aprobadas.
Un enfrentamiento estratégico
Estos episodios reflejan cómo Vox está consolidando una estrategia de diferenciación frente al PP, combinando un discurso duro en temas sociales y migratorios con críticas al liderazgo de los populares tanto a nivel nacional como europeo. Mientras que en Burgos y Extremadura las tensiones afectan la gobernabilidad local, en Bruselas las disputas marcan una pugna por la representación del bloque conservador español.