Imagen: Inmigración ilegal-EFE
La cifra de inmigrantes ilegales que han llegado a España hasta el 30 de noviembre ya es superior a la de todo el año 2023, según el balance del Ministerio del Interior. De esta manera, han llegado a territorio español 56.976 inmigrantes, tanto por vía marítima como terrestre, entre el 1 de enero y el 30 de noviembre, un 12,7% más que en el mismo periodo del año 2023 (cuando llegaron 50.551). El año pasado se cerró con 56.852 llegadas, 124 menos de las que ya se han registrado este 2024.
Por vía marítima han llegado a España 54.541 inmigrantes, un 10,5% más que el mismo periodo de 2023. Las rutas “preferidas” por los inmigrantes son la ruta canaria y la balear. Por lo que respecta a la primera, han entrado en el archipiélago canario 41.425 inmigrantes, un 17% más que los que llegaron en el mismo periodo de 2023, cuando llegaron 35.410. Mientras, a la Península y Baleares han llegado por vía marítima 13.067 inmigrantes.
Ceuta y Melilla, las dos ciudades más afectadas por las llegadas por vía terrestre
En cuanto a la vía terrestre, han aumentado las llegadas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, pues han entrado un total de 2.435 personas (2.344 a Ceuta y 91 a Melilla). Es precisamente en las llegadas a Ceuta y Melilla por vía terrestre donde el aumento es más significativo, pues se han incrementado las llegadas en un 107%, pues el año pasado arribaron a las ciudades autónomas 1.175 personas.
Si en el conjunto de las ciudades autónomas el incremento de llegadas es significativo, en el caso de Ceuta es incluso más preocupante: se han incrementado las llegadas en un 130%, pasando de 1.020 llegadas en 2023 a 2.344 en 2024.
Baleares, uno de los destinos preferidos de los inmigrantes
Impulsado por un otoño intenso en el que se han batido varios récords, este ha sido el peor año en esta ruta ilegal de inmigración, convirtiendo la región balear en la tercera puerta marítima ilegal de entrada a España, sólo superada en volumen por Canarias y el Estrecho: mientras que en 2017 llegaron 23 pateras, lo que suponía unas dos al mes; este año, van ya 322. Esto significa que casi a diario llega una patera a las costas baleares.
Es una nueva ruta que el Gobierno, sin embargo, se resiste a llamar así. «Se trata de un desafío complejo y una cuestión global», replica a la pregunta al diario El Mundo el delegado del Gobierno en las Islas, Alfonso Rodríguez Badal (PSOE). «Sería un error simplificar el problema y reducirlo a un territorio determinado, la presión migratoria afecta a todo el Mediterráneo».
Parten principalmente de dos puntos: el puerto de Delys y las playas de Tipasa, al oeste de Argel. «Los números son los que son», admite Rodríguez. «Sin embargo», puntualiza, «hay que tener en cuenta que la evolución no sigue un patrón estable de crecimiento y en 2023 hubo un descenso con respecto a 2022, lo que demuestra la imprevisibilidad de los números cuando nos referimos a este fenómeno».