La tardanza en aumentar los límites actuales para la inversión en redes eléctricas, que según la patronal AELEC impide satisfacer entre el 15% y el 20% de la demanda, ha generado una alarma considerable por la posible pérdida de competitividad de España. Este temor, vinculado a una posible fuga de empresas y una paralización económica, ha llevado al PNV, aliado del gobierno de Pedro Sánchez en el País Vasco, a encabezar la presión política para eliminar estos límites.
Demandas y preocupaciones del PNV
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha alertado sobre el riesgo que enfrenta el empleo debido a la denegación de conexión para más de 6.000 MW solicitados por cientos de industrias. En una región donde la industria representa el 23% del PIB y el 23,4% del empleo, la cifra de 34.000 empleos en peligro es alarmante. «Estamos perdiendo competitividad en la industria existente y estamos expulsando nuevas industrias que quieren instalarse. ¿Qué van a hacer para solucionar esta contradicción?», cuestionó el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.
La oposición y el sector eléctrico
El Partido Popular (PP) también ha insistido en la necesidad de eliminar estos límites, alineándose con las demandas del sector eléctrico. El PNV ha enfatizado la urgencia de modernizar el proceso de planificación y modificar la ley del sistema eléctrico, sugiriendo que el esquema de inversión debe ser más dinámico y ajustable.
Limitaciones y desafíos actuales
Las restricciones establecidas en 2013, que limitan la inversión en redes de transporte y distribución a un porcentaje del PIB, han sido defendidas por el gobierno de Sánchez. Aunque estos límites fueron elevados temporalmente debido a la pandemia y la guerra en Ucrania, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, ha sostenido que aumentar los límites podría resultar en un incremento de los peajes para los consumidores, confiando en los fondos europeos para impulsar la inversión.
Problemas de ejecución y futuro incierto
A pesar de la disponibilidad de fondos, la ejecución de las obras en la red eléctrica de renovables ha sido lenta, con solo 489 millones de euros adjudicados de un presupuesto de 900 millones. La falta de conexiones adecuadas es vista como un «déficit terrible» para la electrificación de la demanda, según fuentes del sector eléctrico.
Consecuencias y medidas futuras
A pesar de que España se destaca como el segundo mayor generador de energía renovable en la UE, el problema radica en la falta de infraestructura para canalizarla eficientemente. Bajo la presión, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha abierto una consulta pública para considerar todas las opiniones antes de tomar una decisión, que podría llegar con un año de legislatura perdido.
La falta de inversión en redes no solo amenaza con la deslocalización de industrias existentes debido a los altos costos energéticos comparados con Francia, sino que también pone en riesgo la atracción de nuevas industrias tecnológicas. La Asociación Española de Centros de Datos (Spain DC) advierte que la construcción de redes es crucial para atraer hasta 38.000 millones de euros en inversiones a Madrid para 2030, posicionando a la ciudad como el «hub» digital del sur de Europa.