La liberalización del mercado ferroviario de alta velocidad en España ha aumentado significativamente la oferta de plazas y el número de usuarios, pero las operadoras todavía no han visto beneficios. Renfe, Iryo y Ouigo, las tres compañías que compiten en este segmento acumularon pérdidas de 187 millones de euros en 2023, a pesar de la creciente demanda.
Iryo y Ouigo, en fase de lanzamiento
Iryo, participada en un 45% por Trenitalia, 31% por AirNostrum y 24% por Globalvia, fue la última en presentar sus resultados. La compañía registró pérdidas de 79 millones de euros en 2023, en comparación con los 25 millones del año anterior, cuando apenas comenzaba sus operaciones. A pesar de esto, la compañía defiende que estas cifras están dentro de lo esperado, ya que la compañía se encuentra en una fase inicial que requiere una inversión significativa.
Por su parte, Ouigo, la filial de bajo coste de la operadora francesa SNCF, también reportó pérdidas de 43 millones de euros el pasado año. La llegada de Iryo a finales de 2022 ha intensificado la competencia, generando una «guerra de precios» para atraer pasajeros. La empresa asegura que este escenario es «muy exigente a nivel comercial» pero confía en alcanzar el equilibrio financiero este año, afirmando que sus pérdidas son normales durante el lanzamiento de sus operaciones.
Renfe, afectada por la competencia
Renfe tampoco ha sido inmune a esta competencia feroz. La operadora pública española cerró 2023 con pérdidas de 65 millones de euros, influenciadas por la presión ejercida por sus competidores Iryo y Ouigo. Los ingresos de Renfe en los servicios de larga distancia y alta velocidad se redujeron en 61,3 millones de euros.
Acusaciones de dumping y posibles acciones en Bruselas
El Gobierno español, representado por el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha señalado a Ouigo como responsable de la guerra de precios. Según el ministro, la compañía francesa estaría practicando «dumping», vendiendo billetes por debajo de su coste para ganar cuota de mercado, con el respaldo financiero de su matriz en Francia. Esta situación ha llevado a Renfe a preparar un informe que presentará ante la Comisión Europea, acusando a la competencia de prácticas contrarias a la liberalización del mercado.
Desde la compañía niegan recibir apoyo financiero desde Francia y defiende que sus pérdidas se deben a la fase de lanzamiento en la que se encuentran. Además, aseguran que su modelo de negocio se basa en la producción sin sobrecostes y en grandes volúmenes de pasajeros para alcanzar la rentabilidad. La política de precios bajos, explican, es parte de su estrategia estructural.