El arranque de 2025 trae consigo un panorama complicado para las economías familiares españolas. A la ya temida “cuesta de enero”, marcada tradicionalmente por gastos navideños y ajustes financieros, se suman ahora incrementos significativos en el IVA de productos esenciales y la electricidad. Estas medidas, anunciadas por el Gobierno, tienen como objetivo revertir las medidas temporales aplicadas durante la crisis energética y la guerra en Ucrania, pero su impacto en los hogares promete ser notable.
Incremento del IVA en alimentos básicos
Desde el 1 de enero, varios productos esenciales de la cesta de la compra verán aumentos en su tipo impositivo. La reducción del IVA al 0% y al 5%, vigente desde 2022 como medida de alivio, se elimina, regresando a sus niveles habituales. El pan, la leche, los huevos, el queso, frutas, verduras, tubérculos y cereales, que habían disfrutado de un IVA reducido al 2%, volverán al 4%. Asimismo, productos como pastas y aceites de semillas, cuyo impuesto bajó del 10% al 7,5%, retomarán el 10%.
Este ajuste fiscal, aunque justificado como una medida transitoria durante la crisis, encarecerá significativamente los precios de estos productos básicos, afectando de manera especial a las familias con menores ingresos. Según asociaciones de consumidores, el impacto podría traducirse en un aumento del gasto mensual en alimentación de hasta un 15%, dificultando el acceso a una dieta equilibrada para muchos hogares.
La electricidad regresa al 21% de IVA
En paralelo, la factura de la luz también experimentará un incremento debido al fin de la rebaja fiscal aplicada desde 2021. A partir del 1 de enero de 2025, el IVA de la electricidad volverá al 21%, tras mantenerse en un 10% durante gran parte de 2024. Esta decisión llega en un contexto de precios elevados, con el coste medio de la electricidad en el mercado mayorista situándose en sus máximos de los últimos dos años.
Además, el Impuesto Especial de la Electricidad (IEE) ha recuperado su tipo habitual del 5,11%, y el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (Ivpee) se mantiene en el 7%. Aunque estas medidas buscan normalizar la situación fiscal del sector, su impacto en los recibos de los consumidores será inmediato y severo.
Ayudas insuficientes para los consumidores vulnerables
El Gobierno ha prorrogado la prohibición de cortes de suministro de agua, luz y gas para consumidores vulnerables hasta finales de 2025 y ha mantenido el bono social eléctrico. Sin embargo, estas medidas no logran compensar por completo el aumento de costes. Los descuentos del bono social, incrementados al 80% para consumidores vulnerables severos durante la crisis, se reducirán progresivamente hasta estabilizarse en un 50% en 2026.
Para las industrias electrointensivas, se mantendrán los descuentos del 80% en peajes hasta finales de 2025, buscando proteger a este sector estratégico. Sin embargo, el impacto en la economía general podría repercutir en los precios finales para los consumidores.
Con estas medidas, la cuesta de enero de 2025 se perfila como una de las más desafiantes de los últimos años. Las familias españolas deberán ajustar sus presupuestos para enfrentar un aumento en el coste de vida que, según analistas, podría ralentizar el consumo y afectar la economía en general. Los consumidores no solo mirarán el precio de los productos en los estantes de los supermercados, sino también las facturas que llegarán a sus buzones, con la esperanza de que futuras políticas alivien esta carga.