La expansión de los parques fotovoltaicos en España está alcanzando niveles alarmantes. En los últimos ocho años, la superficie destinada a la instalación de paneles solares ha experimentado un crecimiento del 166%, y las proyecciones del Ministerio de Agricultura apuntan a que esta cifra se duplicará en los próximos años.
Sin embargo, este aumento ha generado preocupación entre diversas organizaciones, como SOS Rural, que alertan sobre las graves consecuencias ambientales y agrícolas de esta proliferación descontrolada.
De acuerdo con esta organización, los paneles fotovoltaicos están “esterilizando el campo” y aumentando el riesgo de incendios en áreas rurales. El comunicado de SOS Rural señala que el uso de pesticidas agresivos, empleados para evitar el crecimiento de plantas alrededor de las placas, y el recalentamiento del suelo están transformando los campos en “paisajes yermos”.
Además, la sustitución de actividades agrícolas por la explotación industrial de energía solar está contribuyendo a la desertificación y a la desaparición de especies de flora y fauna autóctonas, convirtiendo el suelo en un terreno “inerte y estéril para el cultivo de alimentos”.
SOS Rural advierte de la estafa de las placas solares
Una de las mayores preocupaciones expuestas por SOS Rural es el incremento del riesgo de incendios en estas instalaciones. En los últimos dos años, se han registrado más de 1.000 incendios en plantas fotovoltaicas, la mayoría de ellos durante su primer año de funcionamiento. El verano de 2023 estuvo marcado por numerosos incendios en estas infraestructuras, lo que ha hecho que “cada vez más expertos expresen su preocupación por un problema que no para de crecer”, según la organización.
Comunidades autónomas como Extremadura han sido especialmente afectadas por estos incendios. Un ejemplo significativo es el ocurrido en la planta fotovoltaica de Talaván, en Cáceres, donde un incendio arrasó 870 hectáreas de pastos. Los bomberos de la región han advertido sobre las dificultades que presentan estos incendios, debido al complicado acceso a las instalaciones para vehículos de gran tamaño, lo que incrementa la complejidad de las labores de extinción.
SOS Rural hace un llamado a la regulación. Propone seguir el ejemplo de Italia, que ha prohibido la instalación de paneles solares en tierras agrícolas, priorizando la protección de los agricultores y el equilibrio ecológico. La organización concluye su comunicado advirtiendo que España, un país severamente afectado por el fuego, no puede permitirse convertir sus hectáreas de suelo fértil en superficies recalentadas que incrementan el riesgo de incendios