Aún es pronto para echar las campanas al vuelo, dado que la situación de la economía argentina es dramática tras el nefasto legado que dejó en herencia el anterior gobierno peronista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, pero lo cierto es que ya hay indicadores claros de recuperación que avanzan un horizonte esperanzador a medio plazo.
Justo ahora se cumplen casi nueve meses desde que arrancó la Presidencia de Javier Milei y el balance cosechado hasta el momento no puede ser más positivo, sobre todo, si se tiene que cuenta que, hoy por hoy, el partido que lidera el libertario no goza de la mayoría necesaria en las Cámaras para gobernar en solitario, de modo que depende de la siempre compleja negociación con el resto del fuerzas políticas para sacar sus proyectos adelante.
Son muchos los que, tras su victoria electoral, auguraron la mayor de las catástrofes para Argentina, obviando, sin embargo, la histórica crisis que sufría ya el país desde hace años, con una Administración Pública quebrada, un 50% de la población sumida en la miseria, en medio de una grave recesión y al borde de caer en la hiperinflación. Pero el tiempo, como siempre, da y quita razones. Y, en este caso, la terapia de choque que está aplicando Milei, anunciada previamente durante la campaña electoral, empieza a dar sus frutos, ya que era, es y seguirá siendo la única receta correcta para salir del agujero negro que provocó el socialismo.
La primera y más importante tarea era controlar la inflación y ya se está consiguiendo. Milei heredó el pasado diciembre una inflación del 25,5% mensual, equivalente a más del 200% anual, y la ha reducido al 4% mensual. ¿Cómo? Eliminando el abultado y crónico déficit público que registraba Argentina desde hace lustros y parando en seco la monetización de deuda por parte del Banco Central, principal origen de la alta inflación.
Pero, una vez conseguido esto, el reto ahora consiste en volver a crecer con fuerza para generar riqueza y empleo y, de este modo, reducir la pobreza, al tiempo que aumenta el bienestar del conjunto de la población. Si bien este proceso está al inicio de su inicio, la actividad económica cosechó el pasado mayo su primer crecimiento desde que Milei llegó al poder, un 2,3% mensual, la cifra más alta desde enero de 2023, tal y como destaca UFM Reform Watch. La construcción repunta y aumenta el superávit comercial, gracias al fuerte avance de las exportaciones, mientras crece el sueldo real de los argentinos -descontando la inflación- y baja el riesgo país, fiel reflejo de la solvencia estatal.
Son los primeros indicios claros de recuperación y para que se consoliden Argentina necesita mucha más libertad económica. Éste es, precisamente, el objetivo que persigue la reciente Ley de Bases y la Ley de Medidas Fiscales, cuya aprobación el pasado junio supone el arranque de la segunda fase del Gobierno de Milei, tras frenar la desnortada deriva inflacionaria. Gracias a estos proyectos, Argentina podrá intensificar la eliminación de regulaciones e impuestos que tanto necesita su economía.
Así, entre otras medidas, Milei ha reducido el tributo sobre las importaciones, ha simplificado el registro de vehículos, ha eliminado numerosas trabas para facilitar la importación de productos industriales, ha abaratado los costes de la actividad hotelera y turística, ha eliminado la obligación de que el Estado contrate exclusivamente a empresas públicas en determinadas áreas y ha simplificado la industria del vino. Estos son tan sólo algunos de los ejemplos aprobados durante la última semana. Son muchas y muy variadas las desregulaciones que tendrá que llevar a cabo Argentina para consolidar la recién estrenada senda de crecimiento en los próximos trimestres, pero lo importante es que el camino emprendido es el de la prosperidad.
De mantenerse la actual tendencia, es de esperar que la recuperación de la economía argentina se fortalezca y estabilice durante 2025, coincidiendo con las próximas elecciones legislativas. Tal y como advirtió el propio Milei, la travesía será dura y la medicina es amarga, pero el resultado de todo este esfuerzo será, sin duda, muy positivo en caso de que pueda cumplir el grueso de su programa.