Aldama cantó la Traviata, cantó varias piezas de zarzuela y hasta si me apuran cantó reggeton sin autotune. Lo cierto es que la Audiencia Nacional se convirtió en el epicentro de un terremoto político que ha salpicado a varios miembros del Gobierno, también las declaraciones han sentado como una estocada al presidente del Gobierno, pues Pedro Sánchez ha sido señalado como cabecilla de una trama de corrupción que afecta a varios de los ministerios de más renombre del estado.
Ante tales declaraciones los cuadros señalados socialistas han salido en tropel a desmentir a Aldama. Hasta el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha unido cerrando filas entorno a los miembros del partido señalados por el empresario . En todos los casos Aldama ha sido tachado de mentiroso, de «fantasma» y principalmente de calumniador. Aldama se ha convertido en el enemigo número 1 del ejecutivo y en el psicofante del reino para los cuadros socialistas aludidos.
La premisa de la que parten los afectados es que Aldama miente y para ello se escudan en el argumento de que el art 24 de la CE así lo permite, en efecto así la consagración del derecho fundamental a no declararte culpable, a no declarar e incluso a no declarar contra uno mismo. Por lo tanto, es cierto, el acusado puede mentir. Ahora bien, y bajo la base fáctica de lo que se conoce planteo varias preguntas. ¿ Qué gana Aldama con mentir? o ¿Cuál es la mejor respuesta que podría dar el PSOE?
El Boomerang de la querella por calumnias contra Aldama
La respuesta que ha dado el PSOE es directamente tildar embustero a Aldama y entablar acciones legales, concretamente una querella conjunta por delito de calumnias contra Aldama. Para los legos en la materia, el delito de calumnias consiste en la imputación de un delito a un tercero o terceros a sabiendas de que dicha imputación es falsa o faltando temerariamente a la verdad. En este caso el PSOE considera que Aldama es un calumniador, Aldama es el nuevo engranaje de la maquina del fango e incluso el aparato mediático socialista, podría considerar que las afirmaciones de Aldama son teorías de la conspiración provenientes de pseudomedios fascistoides, pseudomedios que tienen por finalidad derrocar al gobierno más chupiprogre de la historia y al presidente «adalid» de la regeneración democráticas: Cada vez mayor delirio
Lo que yo veo con este órdago al querer plantear una querella por calumnias es la furia del animal herido, una huida hacia adelante que puede costarle cara al PSOE. Hablamos del reverso de la moneda, todo ello porque al asumir la posición de acusar toca demostrar. Ahora el partido debe demostrar que Santos Cerdán, Ángel Torres, Ábalos o Koldo no han recibido mordidas o que no se han producido reuniones con ministros como Teresa Ribera para realizar negocios. El PSOE debe ser consciente de que ha asumido el rol de acusador y por tanto tiene que asumir la carga de la prueba.
Aldama no gana nada mintiendo, simplemente ha replicado y afirmado de manera congruente los informes de la UCO sobre estos extremos. El alarde de valentía del PSOE tiene como contrapartida el rol de tener que probar que Aldama miente, ello puede traerle muchos problemas de cara tanto por no poder demostrar la falsedad de las imputaciones de Aldama, como poder descubrirse más detalles que afecten o sustenten las palabras del empresario.
Es cierto que existe la «exceptio veritatis» y si Aldama aporta las pruebas necesarias no existirá calumnia, pruebas que el empresario ha dicho que aportará. Por lo que en esta huida hacia adelante veremos como el equipo legal del PSOE deberá hilar muy fino para poder desmontar todo lo dicho por Aldama, máxime cuando la UCO respalda en sus informes muchos de los comportamientos corruptos e indecentes realizados por miembros del PSOE. Y no, la UCO no es una máquina del fango, por lo que esta querella puede volvérsele en contra al partido con facilidad.
Lo que debe quedar claro es que las acciones judiciales movidas por el sentimiento acaban en mal puerto. Aunque viendo el panorama actual y viendo la infecta partitocracia de dos organizaciones criminales una de collar rojo y otra de collar azul poco o nada se puede esperar de una verdadera esperanza para erradicar la lacra de la corrupción.