Con las elecciones legislativas francesas del pasado siete de julio salió a la luz una de las novelas más controvertidas del novelista francés Michel Houellebecq. La novela fue publicada en 2015, y muchas de las cosas que relata parecen estar produciéndose en nuestros días. Retrata una distopía en la que Mohammed Ben Abbes, islamista moderado, gana las elecciones presidenciales en Francia.
Cuando la realidad supera a la ficción
Es una novela aparentemente superficial, pero con una enorme cantidad de aristas. Algunos de los temas principales son el sexo, la soledad, el desarraigo familiar, la intelectualidad francesa o el patriarcado. Pero sin duda, la tesis principal del libro, a mi juicio, es la introducción del islam en Europa como sustitutivo del humanismo materialista. Muchos han tachado esta obra de islamófoba, pero yo lo veo todo lo contrario, no creo que deje al islam en mal lugar, de hecho, el protagonista, François, se acaba sometiendo al islam, la duda radica en si lo hace por convicción o por comodidad.
En la obra vemos como en una Europa carente ya de valores católicos, el islam entra como cuchillo en mantequilla, el materialismo humanista mayoritario, como el que vivimos en nuestras sociedades, sólo deja un espacio vacío que ocupar. Un espacio que otras religiones con valores y principios morales férreos no tardarán en apropiarse. Pese a la visión pesimista de François tras la llegada de los musulmanes al poder, conforme va pasando el tiempo cambiará su opinión con respecto al gobierno, verá que en realidad tampoco ha cambiado demasiado la Francia donde vivía.
Es más, verá grandes mejorías, por un lado, la universidad donde ejercía su maestría, la Sorbona de París, se verá dotada de un inmenso capital árabe, convirtiéndose en una universidad con presupuesto casi ilimitado. En segundo lugar, la evidente visión patriarcal del protagonista se verá ahora justificada en un mundo donde puedes tener hasta cuatro esposas sin ser juzgado. Por otro lado, también observa como las élites musulmanas no acatan las reglas del islam como la gran mayoría, es decir, que tampoco le supondrá demasiado esfuerzo adoptar una nueva religión.
El mundo distópico de la ausencia real de valores
La novela trata de eso, de una sumisión frente a una nueva élite, la sustitución de unos valores, no por otros, sino por ningunos. Creo que la obra es distópica no porque llegue el islam al poder y cambien los valores, sino porque François ve que el islam ha llegado al poder y en realidad no ha cambiado nada. La obra termina como empezó, François dando clases en la Sorbona, con un sueldo infinitamente superior, habiéndose convertido al islam y tomando a las alumnas como suyas. Lo que en un principio parecía el fin del mundo que había conocido, en realidad ha sido una bendición para él.
El debate interno que nos ofrece esta novela finalmente es uno de los más recurrentes: libertad o seguridad. Creo que es una obra para entender que una persona sin principios ni valores como François se convertirá, tarde o temprano, en un mercenario intelectual y moral que hará todo lo posible por mejorar su oposición o incluso sobrevivir. De nuevo, no creo que sea una obra contra el islam, sino todo lo contrario, y por eso la veo tremendamente peligrosa.