Su vida inspiró la película «Monster», sin dudas un caso único de la historia criminal de Estados Unidos. Aileen Wuornos fue una asesina en serie estadounidense cuyas acciones conmocionaron al mundo entero, tanto por su destreza como cazadora de hombres como por la forma en que fue descubierta. Esta crónica consta de seis asesinatos entre 1989 y 1990. Aileen Wuornos comenzó a matar en 1989, acabando con la vida de seis personas y obteniendo una gran fama dentro del mundo de la delincuencia.
Cuenta la leyenda que solía elegir a sus presas en los bares, debido a su facilidad para manipular y seducir a los hombres. El modus operandi con el que trabajaba siempre fue el mismo: secuestrar a los hombres, drogarles, robarles sus objetos de valor y matarlos. Por medio de esta actuación, se convirtió en una de las asesinas más famosas de la historia.
«El niño que no sea abrazado por su tribu cuando sea adulto quemará la aldea»
Wuornos tuvo una infancia realmente brutal llena de abusos, drogas y enfermedades mentales. Nació el 29 de febrero de 1956 en Michigan. Sus padres se separaron antes de que ella naciera. Su padre se suicidó en la cárcel, ya que era un convicto sexual y su madre era alcohólica y trabajadora sexual, por lo que Aileen pasaba mucho tiempo con diversos hombres. Esta situación fue completamente desastrosa para la formación de sus procesos de autovaloración. Acabaría siendo adoptada por sus abuelos junto con su hermano. Estos, lejos de ser la figura que nos imaginamos, la sometieron a abusos y a castigos continuos. Cuando aún era una niña descubrió junto con su hermano que sus padres reales eran esos supuestos abuelos con los que vivía. En esta familia hiperdestructurada Aileen tuvo una vida de desenfreno, drogas y robos mucho antes de cumplir la mayoría de edad.
Fue violada a los catorce años e incluso se dice que tuvo relaciones con su hermano. En una de estas relaciones esporádicas sumergida en las drogas quedó embarazada y sus recién reconocidos padres la echaron de casa, viéndose obligada a vivir en un camión y dando al bebé en adopción.
Fue detenida en varias ocasiones por conducir sin licencia y ebria, portar armas y agredir a camareros en los bares, ya que uno de sus vicios era el alcohol en grandes dosis. Tiempo después, Aileen emprendería una etapa de viajes por todo el país en busca de trabajo. Finalmente, acabaría ejerciendo la prostitución. La pequeña Aileen se había convertido en toda una mujer, pero era salvaje, poco educada y con un carácter violento que intimidaba.
A finales de este 1990 huye a Florida y se casaría con David Spears de 76 años pero la violencia en su vida continuaría con asaltos e incluso golpes a su marido con su propio bastón. Su matrimonio duró un mes después de la boda.
Su desorden continuó in crescendo con asaltos a mano armada y falsificación de cheques. Entraba y salía de la cárcel continuamente, pero si de algo se vanagloriaba y que gritaba a los cuatro vientos era su odio por los hombres.
Su trabajo como prostituta
Trabajando de prostituta de carretera conoció a Tyria Moore en uno de los bares que frecuentaba. Ésta sería su pareja durante su tiempo de libertad. Aileen llegó a estar con cuarenta hombres a la semana para mantenerse a ella y a su pareja. Las humillaciones y vejaciones a las que la sometieron los hombres con los que trabajaba hizo que su locura estallara por completo. Su primer cliente asesinado fue Richard Mallory enrollado en una alfombra y abandonado en un vertedero. Aileen siempre aseguró que la conducta violenta del hombre con ella le obligó a dispararle en nueve ocasiones a la cabeza.
Durante el año 1990 desaparecieron seis hombres más, todos de raza blanca con trabajos de movilidad que viajaban a Florida habitualmente, donde residía Aileen. A las autoridades les resultó muy complejo llevar a cabo un perfil del asesino debido al modus operandi de Wuornos. Se buscaba a un hombre debido a que por estadística las mujeres no suelen disparar a la cabeza, sino al pecho o a otras partes del cuerpo. Sin embargo, ella disparaba a sus víctimas nueve disparos, siempre nueve; a la cabeza. Nunca llegó a compartir el significado de ese número en concreto.
En julio de 1990 un vehículo se estrelló en la valla de la reserva India Seminole y los transeúntes fueron capaces de ver a las dos chicas antes de que huyeran. Por las descripciones de los testigos se descubrió que el automóvil era de uno de los hombres desaparecidos ese año. Y así comenzó la captura de la mujer araña, como era apodada por los medios de comunicación.
Tyria fue la primera en ser encontrada y confesó todos los crímenes de su pareja. Wuornos le había regalado las pertenencias que había robado a los sentenciados por Aileen y esta prueba fue irrefutable.
Nuestra protagonista se confesó autora de estos seis homicidios además de tres más que eran desconocidos para las autoridades. Explicó cada caso con tal detalle que no se pudo albergar ni una duda de su culpabilidad. Se negó a aceptar la cadena perpetua que se le impuso, alegando que ella quería ser ejecutada, confesando que las víctimas solo habían sido un canal para que ella expulsara la rabia y odio contenido contra los hombres que llevaba dentro. Reconoció que era una asesina, que el odio le recorría el cuerpo y que volvería a hacerlo, así que no merecía la pena la cadena perpetua para generar gastos a los contribuyentes. Se le puso fin a su vida en octubre de 2002 y la inyección letal fue decretada por Jeff Bush.
«Gracias, yo he hecho la paz con Dios. Yo iré al cielo y vosotros seguiréis en el infierno», última frase de Aileen Wuornos.
