El programa ‘Salvados’ recoge los últimos datos publicados por el CIS. Los cuales señalan que la mayor preocupación de los españoles en tiempo presente. Así, la máxima preocupación en España es la cuestión de la inmigración ilegal y el incremento de la llegada masiva a Canarias y Ceuta. Una preocupación que está por encima de la vivienda, los salarios o las listas de espera en la sanidad pública.
El programa, y sobre todo, su presentador, Gonzo, desde el principio del reportaje ya divide en dos grupos a las personas que opinan sobre este tema. Por un lado, se encuentra la extrema derecha, la cual exagera su condición señalando que tienen “miedo al migrante”. Luego están “las otras personas”, quienes no se “creen estas estadísticas sin contexto y hacen todo lo contrario”. Así, los protagonistas de este reportaje de Salvados son “personas con vidas normales que arriesgándose a multas y detenciones ayudan a los migrantes en su camino hacia un futuro mejor”.
Este programa selecciona varias personas que en su día a día se encargan de recibir a personas que han entrado en España de manera ilegal, no tienen documentación, no se conoce su historial penal o si hay algún tipo de denuncia internacional sobre ellos. Sin conocer ningún detalle sobre estas personas, les recogen en puntos de encuentro pactados por una especie de organización que trabaja en el marco de la ley, para trasladarles a centros donde se hospedan escasos días.
Durante el tiempo que están con ellos, les enseñan las claves y les dan un mapa mental sobre los obstáculos o situaciones que se pueden encontrar en la frontera para cruzar al país vecino, en este caso Francia.
Gonzo se emociona con el trabajo de una «cooperante» que participa en el delito de tráfico de personas
La primera “cooperante” se encuentra en Irún y Salvados muestra a Oihana la mujer que explica en primera persona y como partícipe de esta organización de tráfico de personas. Así, Oihana relata como el billete para viajar del país de origen a España en cayucos son las personas que viajan las que “van costeando el viaje, en algunos casos también se ha escuchado que en algunas ciudades se están dando cien euros para que sigan su trayecto. En 2018, una de las primeras personas que decidió quedarse en Irún contaba que en “Barcelona le dieron dinero para que se fuera”.
Oihana relata que a esta persona “le estaban ofreciendo unas cantidades de dinero para que siguiesen para delante la ruta”. Hay que destacar que Oihana confiesa que recoger a los inmigrantes ilegales que llegan en autobuses en este caso no lo hace sola. Según ella misma cuenta hay diferentes personas que realizan estos viajes para recoger inmigrantes ilegales y que entre ellos se ponen de acuerdo para organizar los días que les toca trabajar.
Momento en el que un «cooperante» francés recoge a varios inmigrantes ilegales para llevarla a Baiona. Fuente: programa ‘Salvados’
Ella detalla que, aunque no conoce a todo el mundo que trabaja en esta organización, pero cifra en que habrá alrededor de r50 personas. Tras recoger a los inmigrantes ilegales, Oihana junto a Gonzo se suben en un coche para trasladar a los inmigrantes que llevaron a Canarias en cayucos y junto a Oihana les explican que pasos tienen que llevar a cabo para poder pasar la Frontera a Francia sin ser interceptados por la policía. Un trabajo que Gonzo define que trabajan como “cooperantes”, pero que presenta la misma estructura que una organización de tráfico de personas.
Oihana relata el plan que tienen los “cooperantes” respecto con los inmigrantes es que se queden “tres días en el centro, descansen por la noche y por la mañana acudan a la plaza de Irún para explicarles la información que tenemos para darles y que ellos decidan cual ruta seguir y tomar sus propias decisiones”.
Un matrimonio francés decide transportar inmigrantes ilegales en Francia después de jubilarse
“Una manera de acercarme a las relaciones con las personas, a la realidad norte y sur, a darme cuenta de lo que es el racismo, a conocer cómo es el día a día de las personas no blancas”, así detalla Oihana el “aprendizaje” que le ha dado participar de esta organización que está penada por el código penal español.
Posteriormente, Gonzo viaja hasta Francia para conocer cómo funciona la red de tráfico de personas en el país vecino. Allí, se reúne con un matrimonio francés, ya jubilado, que hacen el mismo trabajo que Oihana, pero en este caso les ayudan a cruzar su país para que sigan su ruta hacia Holanda o países de habla francesa. Este matrimonio relata la gran satisfacción que les da ayudar a estas personas, que no tienen ningún tipo de identificación o conocer si tienen delitos penales sobre ellos, a quedar se Francia y vivir de manera irregular en el país.
Comentarios de usuarios de «X» sobre el reportaje ‘Bienvenidos al Norte’
Gonzo pregunta al matrimonio si después de ayudarles a pasar la frontera o llegar a toras ciudades siguen en contacto con estas personas, para “conocer de cerca su vida y recorrido”. A lo que responden que “al principio sí”, pero luego dejaron de hacerlo. Debido a que no “quieren que su número de teléfono les llegue a los traficantes”. Una cuestión peculiar, debido a que la figura de ellos y el trabajo que desempeñan es de un traficante de personas.
A demás de relatar su experiencia llevando personas, cuentan los problemas que han tenido desde que comenzaron a mover personas ilegales por el país. Debido a que esta cuestión es un delito penal. Uno de los entrevistados relata que fue detenido por la policía cuando se encontraba viajando con cuatro inmigrantes ilegales para ayudarles a pasar por la frontera. Así, cuenta que le “estaban investigando desde hacía nueve meses” y que le siguieron con “escuchas telefónicas y GPS”.
El Código Penal castiga el delito de tráfico de personas
Este jubilado relata que la policía no le dejó llamar por teléfono para poder comunicar que le habían detenido. Hay que destacar que todas las personas que aparecen en el reportaje muestran sus caras, sus casas y hasta relatan su método de trabajo, es decir, participando de un delito y parece que no es importante para ellos. O que tienen la sensación de que no les importa contar en televisión pública el delito que están cometiendo porque no van a ser investigados o detenidos.
Así, según el Art. 177 bis CP (redacción 2015). “1. Será castigado con la pena de cinco a ocho años de prisión como reo de trata de seres humanos el que, sea en territorio español, sea desde España, en tránsito o con destino a ella, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una situación de superioridad o de necesidad o de vulnerabilidad de la víctima nacional o extranjera.
Mediante la entrega o recepción de pagos o beneficios para lograr el consentimiento de la persona que poseyera el control sobre la víctima, la captare, transportare, trasladare, acogiere, recibiere, incluido el intercambio o transferencia de control sobre esas personas”.
Este reportaje muestra una realidad dulcificada de las personas que se estructuran en organizaciones para participar del transporte de la inmigración ilegal entre España y otros países, confiando en que las personas que vienen no tienen ningún tipo de delitos en su país de origen como homicidios, crímenes o incluso agresiones sexuales.
No todas las personas que vienen en busca de un futuro mejor son criminales, pero hay necesidad de saber quién entra y sale de cada país para preservar la seguridad de todos los ciudadanos.