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20 Sep 2024
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El carnicero de Rostov: el asesino serial más sádico de Rusia

Un asesino en serie criado entre el canibalismo del Holodomor ucraniano. Un hombre que nunca se arrepintió de sus crímenes

Este caso de desarrolla en la Rusia soviética y, por producirse en un lugar tan cerrado al exterior, quizás es menos conocido . El brutal asesino aterrorizó a Rostov del Don ,al suroeste de la Rusia europea. En los anales del crimen, Andrei ChiKatilo es uno de los asesinos más sádicos de la historia de Rusia, pero consiguió escapar de la justicia durante doce años.

En octubre de 1982 se encontró el cadáver de una niña de 13 años tras cuatro meses de búsqueda. Le habían quitado la vida a puñaladas y le arrancaron los ojos además de ser abusada sexualmente.

“Existe una creencia rusa que dice que lo último que la víctima ve…queda grabado en sus ojos”

Al poco tiempo aparecerían otros tres cuerpos de niñas de los que habían abusado sexualmente también además de asesinarlas. Todas se descubren al lado de las vías del tren.

El modus operandi tendía a hacer creer a la policía rusa que eran obra de grupos satánicos o individuos dedicados a la venta de órganos, práctica que estaba en auge en la Rusia de ese momento. También se dudaba, por algún motivo, de un supuesto un grupo de asesinos discapacitados, de ahí que se le llamó “el caso de los tontos.” Nada más lejos de la realidad.

Cabe decir que en Rusia no se creía en la posibilidad de la existencia de asesinos en serie dentro del Estado Comunista, por ello las autoridades no estaban preparadas para hacer frente a este tipo de casos.

El número aumentó hasta 24 cadáveres a pesar del trabajo de la policía. Las victimas eran chicas y chicos jóvenes encontrados en las afueras de Rostov; con el pecho y el vientre cortado y, en muchos casos, diferentes partes de su cuerpo habían sido arrancadas con los dientes.

Estos cuerpos tendían a aparecer en las cercanías de estaciones de autobuses y trenes, de ahí que se llegase a la conclusión que el asesino debía utilizarlo a menudo. La situación era caótica. El gobierno no actuaba y la policía arrestaba a todo tipo de personas sin ningún criterio específico. Así que, durante ocho años, el asesino seguiría suelto y sin una amenaza real que le hiciese frenar en sus prácticas.

Los policías estaban perennes en las estaciones, mezclándose con la población de incógnito o de uniforme para intentar disuadirlo con el despliegue llevado a cabo. Aunque no sirvió para asustarlo, si que fue útil para identificarlo.

Las pistas

A principios de noviembre de 1990, un policía de paisano pudo ver a un hombre salir del bosque con manchas de sangre y heridas leves en las manos. Aunque contó una historia creíble, el agente soviético le pidió que se identificara. Era el señor Andrei Chikatilo, un hombre de 54 años fiel militante de Partido Comunista .El agente ,que no tenia suficientes motivos para detenerlo, apuntó el dato. Un día más tarde aparece el cuerpo de una niña en esa misma zona y con el mismo modus operandi que el resto. El día 20 de ese mismo mes, Andrei ChiKatilo fue arrestado.

La detención se produjo cuando ChiKatilo salía de un bar con una cerveza e intentó acercarse a un chico, lo que llamó la atención de los agentes cercanos. A estas alturas, era el principal sospechoso de más de 30 asesinatos, pero no poseían pruebas suficientes para incriminarlo así que se necesitaba una confesión.

Debido a las leyes rusas, sin pruebas claras y contundentes sólo tenían diez días para que el presunto culpable confesara, sino tendrían que ponerlo en libertad. Fue un psiquiatra el punto de inflexión para poder juzgar a Andrei. El noveno día de arresto, el señor Bucanovski-el psiquiatra-permaneció hablando con él con el todo el día hasta altas horas de la noche. Las técnicas del psiquiatra ,muy diferentes a los interrogatorios,consiguieron que Chikatilo se abriera y comenzara a confesar sus crímenes .

Las autoridades llegaron a decir que parecía querer ser detenido. Les enseñó con muñecos las técnicas que utilizaba para inmovilizar a los niños, para causarles las heridas mortales e incluso como los violaba al borde de la muerte. No solo admitió los 36 asesinatos de los que la policía tenía constancia, sino que también describió otros 17 que no se le atribuían como autor.

Según los psiquiatras, este comportamiento es intrínseco a los psicópatas. La confesión se hace difícil pero, una vez reconocen sus crímenes, se regodean en contar hasta el más mínimo detalle y así sentirse el foco de atención.

Que pudo haber creado a este asesino sin alma?

ChiKatilo nació en 1936 en Ucrania, durante el estalinismo, y las políticas agrarias de Stalin así como la II Guerra Mundial sumieron a la familia del futuro asesino en una espiral de violencia y degradación humana. Bajo el estandarte del colectivismo, Stalin obligó a dar todas las cosechas al estado a pesar de que en Ucrania la población se moría de hambre. Este hecho es conocido como el Holodomor, una brutal purga estalinista que pretendía someter a los Kulaks, pequeños agricultores ucranianos contrarios al régimen de los sóviets. La historiografía recoge incluso brotes de canibalismo ante la imposibilidad de comer otra cosa. Las leyendas sobre canibalismo y familias devorándose entre si eran tan frecuentes que pasaron a formar parte de la cultura popular ucraniana.

Una historia habitual que se contaba en aquella época era el arresto de alguien debido a que un vecino o amigo había ido a cenar y había encontrado «yemas de dedos en la sopa».

De niño, su madre le contaba todos los días un macabro cuento (pero que podría ser real) de algo que habría ocurrido antes de que él naciera. Al parecer, a su hermano mayor se lo habían comido en momentos de hambruna los vecinos . Se supone raptándolo del jardín, por lo que Andrei nunca salía solo a jugar.

Su padre estaba luchando en la guerra y se cree que podría haber visto a los 13 años como un soldado alemán violaba a su madre, de lo cuál nació su hermana pequeña.

ChiKatilo no se integraba en el instituto y se sentía muy inferior debido poca destreza sexual durante su adolescencia. Su círculo cercano eran chicos más jóvenes con los que se entendía mejor y personas mayores, porque le veían un buen chico. Alternaba con chicas, pero era incapaz de realizar el acto sexual con ellas debido a la impotencia crónica que sufría. Esto agravaría la frágil visión que tenia de sí mismo.

Escapó de Ucrania a los dieciocho años intentando dejar atrás estos problemas .Se dirigió a Rusia a estudiar en una escuela profesional. Su vida desde entonces fue compensar su impotencia con estudios y logros profesionales

Con 28 años se casó con la mejor amiga de su hermana, animado por esta. Se comunicaba y se relacionaba con ella de forma aparentemente normal y a través de un proceso de inseminación concibieron dos hijos . Andréi seguía estudiando las bases del estado comunista y era un buen marido y un buen padre. No maltrataba a su mujer, ni bebía, por lo que la esposa se contentaba, dado que esas prácticas eran lo normal en la Rusia del momento. Esa era la fachada… por dentro era muy distinto. La rabia por su impotencia estaba latente.

Encontró trabajo de profesor, pero sus alumnos no lo respetaban; se burlaban de él e incluso fumaban en clase. Fue apodado por ellos como «El Ganso». Por su parte, el profesor odiaba ver a los adolescentes enamorarse a su alrededor mientras él se sentía maldito por la vida. A principios de los 70 comenzó a abusar de sus alumnos. Unos años después fue despedido por su conducta, pero como el incidente no se hizo público, comenzó en otro centro escolar.

Andréi compró otra casa, en ruinas, para llevar a cabo sus asesinatos en un barrio marginal. Llevó allí a una niña de 9 años, Lena, que sería su primer asesinato. La violencia que ejerció sobre ella le hizo darse cuenta de que al abusar de una niña su rabia se relajaba y se excitaba más. Le encantaba oír los gritos y el miedo de sus víctimas. Encontraron el cadáver dos días después .Aquí comenzó su andanza de asesinatos en serie.

Fue condenado a muerte con un disparo en la cabeza (la pena de muerte rusa) tras seis meses de juicio, dejando en claro su personalidad malvada y sádica, pero no enferma .Tras su muerte, los expertos siguieron estudiando su caso intentando buscar algo de humanidad en él.

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