El 21 de septiembre de 2004 marcó un evento que impactó a toda España y dominó los titulares de los medios de comunicación. En Hondarribia, Euskadi, un joven de 13 años llamado Jokin Ceberio se quitó la vida. El motivo detrás de este suceso fue el acoso escolar y moral continuo y persistente por parte de algunos de sus compañeros de clase. Según los informes de prensa, los actos de acoso ocurrieron mientras sus padres se reunían con el director del centro educativo al que asistía, así como con los padres de los presuntos acosadores en ese entonces.
Este evento dio nombre a la experiencia vivida: acoso escolar o bullying, un término en inglés derivado de “bully”, que significa intimidar o ser abusivo. Además, provocó iniciativas jurídicas y sociales para abordar y eliminar esta problemática identificada.
Han pasado dos décadas de aquel suceso, pero lamentablemente, situaciones similares a las vividas por Jokin siguen ocurriendo, incluso en edades más tempranas.
Estudios y datos sobre el acoso escolar
En 2023, el Ministerio de Educación y FP dio a conocer el mayor estudio realizado en España sobre convivencia escolar, involucrando a alumnado, profesorado y familias. El estudio aborda tres aspectos principales: la calidad de la convivencia, los obstáculos a la misma y las condiciones necesarias para construir un entorno armonioso. A pesar de que los datos reflejan un clima general positivo, un 9,53% del alumnado reporta haber sufrido acoso y un 9,2% ciberacoso. Por otro lado, el 4,58% admite haber acosado a un compañero y el 4,62% haber cometido ciberacoso. Entre las familias, el 7,7% cree que su hijo ha sido víctima de acoso.
Reacciones ante el acoso y datos complementarios
El estudio revela que cuando presencian situaciones de acoso, el 30,9% de los alumnos se lo comunica a un profesor, el 20,17% a un familiar y el 14,8% a un compañero. Solo el 9,83% se enfrenta al acosador y el 7,17% no sabe cómo actuar. La Fundación ANAR destaca que los insultos, motes y burlas son las formas más comunes de acoso, con un 72% de las agresiones ocurriendo en grupo. Además, un 45,4% de los jóvenes percibe que los profesores no toman medidas, y más del 60% opina lo mismo sobre sus centros escolares. Contrariamente, más de la mitad de los docentes aseguran conocer casos de bullying y afirman resolver casi el 90% de ellos.
Estudios adicionales y cifras discrepantes
En 2023, la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación ColaCao publicaron el I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España, señalando que un 6,2% de los estudiantes entre 4.º de Primaria y 4.º de Secundaria ha sufrido acoso en los últimos dos meses. Un 2,1% de los encuestados se reconoce como acosador, lo que implica un acosador por cada dos clases. Este estudio estima casi 220.000 estudiantes víctimas de bullying y más de 74.000 acosadores en los colegios. Sin embargo, datos de la ONG Bullying Sin Fronteras, que afirman que 7 de cada 10 menores sufren acoso diario, son considerados altamente dudosos por no estar respaldados por publicaciones verificables.
La investigación también revela que el 19,2% del alumnado ha experimentado situaciones de maltrato entre compañeros, con potencial para convertirse en acoso escolar. Paralelamente, las redes sociales están cobrando una importancia creciente en la vida juvenil. Esto ha llevado a investigar las conexiones entre el acoso tradicional y el ciberacoso, concluyendo que quienes sufren acoso escolar tienen un riesgo elevado de experimentar maltrato digital. Según el estudio, casi la mitad de las víctimas de bullying (46,4%) admiten haber sido objeto de algún tipo de maltrato en entornos digitales.
Perfil del ciberacoso y diferencias de género
En relación con el ciberacoso, el 10,7% del alumnado ha sido víctima de maltrato entre iguales a través de dispositivos digitales, con una prevalencia mayor entre las chicas (12,7%) que entre los chicos (8,7%). Este fenómeno subraya la necesidad de abordar tanto el acoso escolar tradicional como el ciberacoso para proteger a los estudiantes en entornos educativos y digitales.
Por otro lado, al preguntar a las víctimas sobre las causas de su victimización, el 52,9% menciona que su aspecto físico es el motivo principal. Dentro de este grupo, el 26,6% atribuye esta situación a su peso. Otros motivos significativos incluyen desafiar los estereotipos sexistas (44,2%), ser objeto de envidia (42,2%) y enfrentar situaciones de indefensión y aislamiento (41,1%). Estos datos subrayan la importancia de las relaciones sociales para combatir el acoso.
Tipos de agresiones sufridas por las víctimas de acoso escolar
Las agresiones más comunes entre las víctimas de acoso escolar son de tipo verbal y relacional, como llamar por motes, burlarse, difundir mentiras para provocar rechazo, criticar el aspecto físico y excluir deliberadamente del grupo. Otros tipos de agresiones, como las físicas, sexuales, coacciones, racistas o xenófobas, y las relacionadas con la orientación sexual, son menos frecuentes. En el caso del ciberacoso, predominan las agresiones verbales y relacionales, similares a las observadas en el acoso escolar tradicional.
Ranking de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras
- México: 270.000 casos.
- Estados Unidos: 250.000 casos.
- España: 69.554 casos.
- Brasil: 66.500 casos.
- Argentina 50.250 casos.
- India. 49.600 casos.
- Alemania 48.200 casos.
- Reino Unido 46.500 casos.
- Colombia 41.500 casos.
- Países Bajos 40.200 casos.
Lugares donde ocurre el acoso escolar
Por otro lado, se analizan los lugares donde ocurren estas situaciones de acoso escolar, destacando que más de la mitad (57,8%) se produce en el patio, con diferencias significativas entre primaria (69,6%) y secundaria (48,8%). El aula es el segundo escenario más frecuente (34,3%), especialmente en secundaria, con tasas más altas cuando los profesores no están presentes (34,9% en primaria y 48,9% en secundaria). Además, se identifican otras ubicaciones como el gimnasio, el comedor, las actividades extraescolares, los aseos y el autobús. Estos datos subrayan la necesidad de medidas preventivas y de intervención en diversos entornos escolares para abordar eficazmente el problema del acoso.
Dinámicas del acoso escolar según las víctimas
Según revelan las respuestas de las víctimas, las agresiones mayoritariamente se han llevado a cabo en grupo, con un 60,1% de las ocasiones reconocidas como realizadas en esta forma colectiva. En cuanto al tamaño del grupo, el 41,8% reporta que consistía en 2-3 estudiantes. En la mayoría de los casos (68,9%), las agresiones provienen de estudiantes del mismo curso que la víctima, mientras que en un 20,7% son de un curso superior y en un 9,3% de un curso inferior.
Reacciones de los estudiantes ante el acoso escolar
El estudio también ha investigado la respuesta de los estudiantes frente al acoso escolar, destacando que el 41,9% intenta intervenir sin importar su relación con la víctima. Un 25% decide intervenir solo si la víctima es su amigo/a cercano/a, mientras que el 15% cree que debería actuar, pero no lo hace. Por otro lado, un 10,5% muestra indiferencia o justifica la violencia sin intervenir. Por último, un 7,2% de aquellos que han vivido o presenciado acoso escolar admiten participar activamente ejerciéndolo. Estas respuestas subrayan la diversidad de actitudes y la importancia de la intervención activa para prevenir y abordar eficazmente el acoso escolar.
Cuando se les pregunta sobre su reacción ante el acoso escolar, el 38% (o 1 de cada 3 víctimas) afirma que decide no compartir con nadie haber sufrido tales agresiones. Los motivos principales que aducen son el miedo y la preocupación por no alarmar a sus familiares. En los casos en que sí se lo han comunicado a alguien, las principales figuras a quienes han confiado estas experiencias han sido la madre (77,6%), los amigos (72,7%), el padre (63%) y los profesores (52,4%). Estos datos subrayan la complejidad emocional y las dificultades que enfrentan las víctimas al decidir compartir su experiencia de acoso escolar.
Impacto del acoso escolar y ciberacoso en la salud mental
Las investigaciones revelan las conexiones entre el acoso escolar, el ciberacoso y la salud mental. Se destaca que las víctimas de acoso y ciberacoso exhiben significativamente más síntomas depresivos en comparación con los acosadores y aquellos que no están involucrados en estas prácticas. Los acosadores tienden a mostrar comportamientos más agresivos y antisociales, mientras que las víctimas, por su parte, presentan síntomas emocionales que reflejan sufrimiento y vulnerabilidad, aunque frecuentemente muestran actitudes prosociales.
La Dra. María José Díaz-Aguado, directora de la investigación y de la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid, enfatiza la urgencia de intervenciones escolares para la prevención del suicidio, especialmente dirigidas a apoyar a las víctimas de violencia y abordar las dificultades socioemocionales de los acosadores. Estas medidas son clave para garantizar el bienestar integral de todos los estudiantes.
Además, tanto las víctimas como los acosadores tienen un mayor riesgo de conductas autolesivas en comparación con quienes no están involucrados en situaciones de acoso. El ciberacoso muestra una fuerte asociación con estas conductas, afectando tanto a las víctimas como a los acosadores. Alarmantemente, las estadísticas revelan que el 20,4% de las víctimas y el 16,8% de los acosadores en el acoso escolar, así como el 21,1% de las víctimas y el 24,9% de los acosadores en el ciberacoso, han intentado suicidarse.
Avances en la prevención del acoso escolar y ciberacoso en los centros educativos
La sensibilización y formación en prevención del acoso escolar están ganando terreno en los centros educativos, según revelan los datos recientes. Casi el 80% de los estudiantes recuerda haber participado en actividades destinadas a prevenir el acoso y saber cómo intervenir para detenerlo. Entre quienes no recuerdan haber recibido esta formación, el 7,9% se identifica como víctima y el 2,8% como acosador/a. Estas cifras disminuyen al 5,6% y 1,7%, respectivamente, entre aquellos que sí recuerdan haber trabajado en la prevención del acoso en su centro.
En cuanto a la prevención de riesgos en internet y redes sociales, el 85,2% del alumnado recuerda haber recibido formación al respecto. Esta cifra asciende al 89,2% entre los estudiantes no involucrados en el ciberacoso, pero desciende al 78,6% entre las víctimas y al 73,7% entre los/as acosadores/as.
Javier Coromina, Patrono de la Fundación ColaCao, destaca que “la investigación muestra que trabajar en la escuela contra el acoso escolar tiene un impacto significativo en la reducción del riesgo de ser víctima o acosador/a. Este resultado subraya la efectividad de las medidas implementadas en los centros educativos, aunque también señala la necesidad de intensificar y generalizar estas acciones para continuar disminuyendo el número de víctimas”.
Además, se ha observado que la enseñanza de estrategias de afrontamiento emocional en las escuelas reduce significativamente el riesgo de problemas socioemocionales, como síntomas depresivos o problemas de conducta, así como el riesgo de participar en actos de acoso escolar.
En términos de apoyo psicológico en la escuela, el 70,5% de los estudiantes afirma saber a quién acudir en caso de problemas emocionales. Esta cifra desciende al 66,1% entre las víctimas de acoso escolar y al 52,8% entre aquellos que ejercen el acoso. Estos datos subrayan la importancia de fortalecer los recursos de apoyo emocional en los entornos escolares para mejorar el bienestar integral de los estudiantes.