Imagen: Estudiante usando el móvil de incógnito en el aula-IDEAL
Los docentes se encuentran con situaciones como que los alumnos les pidan con frecuencia ir al baño para poder consultar las notificaciones, los mensajes que les han llegado, o simplemente para ponerse al día tras unas horas sin poder encender su teléfono móvil. Es una escena que se repite en muchos institutos españoles.
Tantas horas desconectados a muchos estudiantes les produce ansiedad y nerviosismo, además de unas ganas irrefrenables que lleva a muchos alumnos a saltarse las normas: «No puedo estar sin ver los mensajes que me envían y lo saco a escondidas», dice un estudiante. Una adicción a los dispositivos electrónicos que se pone de manifiesto justo cuando se prohíbe su uso en muchos centros.
La prohibición ha ayudado a regular el uso que hace el alumnado en el ámbito educativo, logrando, según muchos docentes, innumerables beneficios como una mayor concentración y socialización en las aulas, pero también ha servido para visibilizar y detectar conductas adictivas, lo que permite actuar y ponerles solución. Como señalan acertadamente los expertos, la digitalización es necesaria, pero también lo es poner límites. También hay una mayor concienciación del alumnado, gracias en parte a una buena pedagogía en las aulas con el profesorado y las familias. Según los expertos, la situación se agrava para aquellos perfiles a los que les atrae lo prohibido o gustan de las recompensas inmediatas, cuya frustración les lleva a la ansiedad y a la desesperación.
Marcha atrás a la digitalización de las aulas en otros países
El Gobierno de Suecia ha decidido revisar el avance de su plan de digitalización en centros educativos y fomentar el uso de los libros de texto. Así lo anunció la responsable de Educación sueca, Lotta Edholm, tras conocer los resultados de Suecia en el Informe PIRLS 2021, mostrándose preocupada por la disminución de la capacidad lectora entre los alumnos del país. El Estudio Internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora (PIRLS) es un informe desarrollado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (AIE) que evalúa la comprensión lectora y las tendencias de aprendizaje de aproximadamente 400.000 alumnos de 4º grado escolar, lo que corresponde a niños de entre nueve y diez años, en centros educativos de 57 países de todo el mundo, pertenecientes a la UE y a la OCDE.
Suecia, que tras conocer su resultado ha decidido paralizar su plan de digitalización en las escuelas, se sitúa en el noveno puesto de la comparativa con 544 puntos y un nivel intermedio, 11 puntos menos que en la edición anterior del informe.