El calor intenso de las últimas semanas está contribuyendo al aumento de medusas en las playas de la Península Ibérica. Junto con factores como el exceso de aforo, la falta de limpieza y las altas temperaturas, la proliferación de estos animales marinos está afectando la calidad de los días de playa.
El auge de la carabela portuguesa
Recientemente, la especie de medusa más común en las costas españolas es la ‘Physalia physalis’, conocida como carabela portuguesa. Esta especie se distingue fácilmente por su color azul oscuro y su «cresta» de flotación en tonos rosados o morados claros, la cual les permite mantenerse a la superficie del agua y ser arrastradas por las corrientes hacia la orilla.
Aunque comúnmente se les llama medusas, las carabelas portuguesas no son medusas en el sentido estricto. Se trata de una colonia de organismos interdependientes que funcionan como un solo ser. Su característica más notable es una «vela» azul que flota en la superficie, mientras que sus tentáculos pueden alcanzar hasta 50 metros de longitud y están recubiertos de células urticantes (cnidocitos). Estas células liberan sustancias que pueden causar dolores intensos y otros síntomas graves en los humanos.
Presencia en las playas españolas
El aumento en la presencia de carabelas portuguesas y otras medusas ha sido reportado en varias zonas costeras de España. Aunque algunas regiones como Galicia han reportado bajas incidencias, otras áreas, especialmente en el Mediterráneo y la costa sur, han visto un incremento significativo en los avistamientos. En contraste, las costas del norte, incluyendo Asturias y Cantabria, así como la mayoría de la costa andaluza, han registrado menor presencia de medusas.
Prevención y tratamiento de picaduras
Las picaduras de medusas pueden causar desde leves urticarias hasta reacciones graves. Es crucial actuar rápidamente en caso de picadura:
- Salir del agua con calma para evitar la dispersión de células urticantes.
- No rascar ni frotar la zona afectada para evitar liberar más veneno.
- Lavar la herida con agua salada, evitando el agua dulce y la arena.
- Eliminar tentáculos adheridos con pinzas o guantes, sin romperlos.
- Aplicar frío envuelto en un paño para reducir el dolor y la inflamación, evitando el contacto directo del hielo con la piel.
- Consultar a un profesional de la salud si se presentan síntomas graves como dificultad para respirar o dolor en el pecho.