En los últimos años, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han experimentado un incremento preocupante en niños menores de 12 años, alertan las psiquiatras Montserrat Graell y Mar Faya del Hospital Niño Jesús de Madrid, centro de referencia en el tratamiento de estas patologías. Según Graell, mientras que hace una década estos menores representaban apenas el 8% de los ingresos, actualmente suponen entre el 20% y el 25%, y la cifra sigue en ascenso. Solo en el último año, las hospitalizaciones en este rango de edad han crecido un 22% en este hospital.
“Estamos preocupados porque no tenemos claro cómo evolucionan estos casos cuando los TCA comienzan a edades tan tempranas”, señala Graell. En octubre pasado, 12 de las 14 niñas ingresadas en el Niño Jesús tenían menos de 12 años; en noviembre, 6 de 12. Este aumento responde a un cambio de tendencia: mientras que hace 40 años casi el 80% de los casos requería ingreso debido a diagnósticos tardíos, hoy solo el 20% necesita hospitalización intensiva, gracias a una detección más temprana.
Factores de riesgo: biología, redes sociales y cambio social
Entre las razones del aumento de casos, las especialistas destacan factores biológicos, genéticos y sociales. Graell apunta a la aparición temprana de la menarquia, adelantada en promedio dos años en las últimas décadas, lo que precipita cambios corporales y psicológicos propios de la adolescencia en niños que aún no cuentan con los recursos emocionales necesarios para afrontarlos.
El uso intensivo de redes sociales es otro factor clave. “Las redes amplifican los ideales corporales de forma rápida, intensa y masiva, especialmente entre adolescentes vulnerables. Esto aumenta la insatisfacción corporal y disminuye el estado de ánimo, dos factores principales en los TCA”, detalla Graell. Según un estudio reciente, el 20,22% de los adolescentes de 12 a 18 años pasa más de dos horas diarias en TikTok, lo que incrementa sentimientos de baja autoestima.
Por su parte, Faya destaca la importancia de los factores genéticos. “La rigidez cognitiva, la obsesividad y el perfeccionismo, rasgos característicos de la anorexia nerviosa, tienen un componente hereditario. Las redes sociales potencian estas características al fomentar comparaciones constantes”, explica.
Consecuencias y tasas de recuperación
Los TCA son trastornos mentales con un fuerte componente físico y biológico derivado de la malnutrición, según Faya. Las consecuencias son graves y, en menores de 12 años, hay un riesgo elevado de cronicidad. “Un 20% de los casos, especialmente los de anorexia nerviosa, no se recupera ni en cuatro ni en ocho años”, alerta Graell. Sin embargo, en un 65% de los casos, los pacientes logran una recuperación total en un promedio de cuatro años.