Imagen: Ayuno intermitente-David Carralero
Un equipo de científicos liderados por la Universidad de Granada (UGR), la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y el Ciber demostró que el ayuno intermitente (reducir el número de horas de ingesta y prolongar las horas de ayuno cada día) es un método eficaz para perder peso y mejora la salud cardiovascular en personas con problemas de obesidad.
Según informó este miércoles la UGR, este estudio, publicado en la revista científica Nature Medicine, reveló que realizar la última ingesta de comida antes de las 17 horas y después no cenar por la noche es una estrategia segura y eficaz para reducir la grasa subcutánea abdominal, es decir, la grasa que se encuentra justo debajo de la piel, especialmente después de períodos de excesos como la Navidad.
El problema del sobrepeso en España
En España, el 70% de los hombres y el 50% de las mujeres tienen sobrepeso u obesidad, lo que se asocia a múltiples problemas como la diabetes tipo 2 e incrementa el riesgo exponencialmente de desarrollar enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer.
Este dato alarmante en la población no solo impacta en su calidad de vida, sino que también representa un gran desafío para el sistema público de salud. Por ello, la investigación científica está trabajando intensamente para implementar estrategias efectivas y sencillas para tratar este problema que ya se considera una enfermedad.
Las dietas de restricción calórica contribuyen a perder peso y mejoran la salud cardiovascular. Sin embargo, no son fáciles de mantener a largo plazo y suelen dar lugar al abandono del tratamiento y por tanto a recuperar el peso perdido, e incluso ganar más peso que con el que se comenzaba el tratamiento.
Ante la dificultad de mantener estos tratamientos, surgen nuevas estrategias nutricionales, entre ellas el ayuno intermitente, que consiste en alternar periodos de ingesta con periodos de ayuno que van desde horas hasta días. Un tipo de ayuno intermitente que ha ganado popularidad en los últimos años es el que reduce el número de horas de ingesta y alarga las horas de ayuno cada día. Se conoce como restricción horaria de la ingesta de alimentos.
Normalmente, en España, las personas toman su primer desayuno entre las 7 y 8 de la mañana y la cena entre las 21 y 22 de la noche, por lo que tienen una ventana de ingesta de 12 a 14 horas. En este tipo de ayuno intermitente se reduce la ventana de ingesta de 12-14 horas a entre 6 y 8 horas, y se ayuna durante 16-18 horas. Esta estrategia nutricional ayuda a mantener un ciclo diario de ingesta y ayuno, lo que estabiliza los ritmos biológicos de nuestro organismo.
En el estudio, los grupos que realizaban ayuno, con independencia del horario de la ingesta, lograron una mayor pérdida de peso, entre 3 y 4 kilos, en comparación con el grupo de tratamiento habitual que seguía con su ventana de ingesta de al menos 12 horas.