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14 May 2025
14 May 2025
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15 años de cárcel por error y ninguna reparación

Ahmed Tommouhi pasó 15 años en prisión por errores judiciales basados en reconocimientos visuales y fue exonerado por nuevas pruebas. Sin embargo, la Audiencia Nacional le niega cualquier indemnización al no considerar probado un “error craso”

La Audiencia Nacional ha decidido no indemnizar a Ahmed Tommouhi, quien pasó 15 años encarcelado por dos violaciones cometidas en los años 90, tras haber sido identificado erróneamente debido a su gran parecido con un violador que actuaba en Barcelona. Fue el Tribunal Supremo quien, años después, anuló la condena y reconoció su inocencia.

En una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional desestima el recurso de Tommouhi contra la negativa del Ministerio de Justicia a concederle una compensación económica. El afectado solicitaba 3,6 millones de euros más intereses legales, además de que se declarara la existencia de una culpa grave por parte de los jueces que lo condenaron.

La Audiencia Nacional avala la postura del Ministerio y sostiene que para recibir una indemnización deben cumplirse dos condiciones: una prisión preventiva indebida y un error judicial manifiesto. En cuanto a la primera, argumenta que ya fue compensado al recalcularse su condena; respecto a la segunda, niega que se haya producido un error judicial del tipo que exige la ley para otorgar una reparación.

Según la Sala, no se puede hablar de un “error judicial manifiesto o grosero”, y recalca que no basta con que exista una sentencia de revisión del Supremo. Esta debe demostrar un fallo evidente, cosa que, a juicio del tribunal, no ha quedado acreditada.

Los magistrados afirman que tanto la sentencia de condena como la de revisión pueden coexistir sin que la primera implique necesariamente un error flagrante. La decisión inicial de condenar a Tommouhi, según indican, se basó en una valoración judicial razonada, aunque posteriormente desacreditada por nuevos elementos probatorios.

La Audiencia Nacional sostiene que la Audiencia de Barcelona no ignoró el informe pericial sobre los restos biológicos, sino que, basándose en las pruebas disponibles en ese momento, decidió no otorgarle relevancia. El Supremo, en su revisión, consideró ese análisis determinante, pero eso no convierte la sentencia original en un caso de negligencia judicial evidente.

El fallo recalca que las nuevas pruebas, como el análisis de semen hallado en la ropa de la víctima que no coincidía con Tommouhi, fueron clave para la absolución, pero no implican automáticamente que la condena original fuera groseramente errónea. Por ello, la Audiencia Nacional considera que no procede otorgar compensación ni investigar la actuación de los jueces que emitieron la sentencia inicial.

En 2023, el Tribunal Supremo estimó un recurso de revisión presentado por Tommouhi y revocó su condena por dos violaciones y otros delitos menores, que le costaron más de 24 años de prisión. Esta decisión fue tomada pese a la oposición de la Fiscalía, gracias a la presentación de nuevas pruebas y hechos desconocidos durante el juicio original.

Entre estas pruebas figuraba un análisis de semen realizado por la Policía Científica en 1992, cuya muestra fue admitida pero cuyos peritos nunca testificaron. Esta evidencia resultó crucial para demostrar la inocencia de Tommouhi.

También se sumaron testimonios periciales y una posterior declaración de la víctima, quien admitió en una entrevista haberse equivocado al identificar al acusado. La condena se basaba casi exclusivamente en ese reconocimiento visual.

Los hechos se remontan a 1991, cuando se registraron múltiples violaciones en Barcelona y Tarragona. Tommouhi y su compatriota Abderrazak M. fueron arrestados y encarcelados. Un informe de la Guardia Civil de 1993 ya indicaba que no existía relación entre ambos.

Inicialmente, Tommouhi fue acusado de 17 delitos. Aunque finalmente fue condenado por cuatro violaciones y un robo, la única prueba sólida eran los reconocimientos visuales de las víctimas, sin respaldo forense. Abderrazak M., que también proclamó siempre su inocencia, rechazó cualquier compensación estatal. Murió en prisión en 2000, víctima de un infarto.

En 1995, la Policía detuvo a Antonio G.C., con gran parecido físico a Tommouhi, por violaciones similares. La Guardia Civil demostró mediante ADN que una de las agresiones atribuidas a Tommouhi fue cometida por este nuevo sospechoso. Sin embargo, no fue posible reexaminar el resto de los casos, ya que carecían de muestras biológicas disponibles.

Durante 15 años, Tommouhi permaneció en prisión a la espera de un indulto. Aunque tanto el Tribunal Supremo como la Fiscalía catalana lo recomendaron, ni los gobiernos del PP ni del PSOE se atrevieron a concedérselo. En el año 2000, incluso se le denegó la posibilidad de presentar un recurso de revisión por falta de pruebas inequívocas.

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