Carles Puigdemont no está dispuesto a esperar pasivamente el resultado de las negociaciones entre ERC y el PSC sobre la investidura de Salvador Illa. El líder de Junts ha activado un plan para sabotear la alianza entre los republicanos y los socialistas, forzar nuevas elecciones y responsabilizar a Illa de que Cataluña deba regresar a las urnas en octubre.
La maniobra de Puigdemont contra el PSC
El primer paso esencial para que la maniobra de los neoconvergentes sea viable será convencer a ERC de que apoye la investidura de Puigdemont, a pesar de que el PSC ya ha descartado abstenerse para permitir que el exiliado asuma el cargo tras haber perdido las elecciones. «Esperamos tener una mayoría más grande que la de Illa y, a partir de ahí, será Illa quien decida si la investidura colapsa y vamos a elecciones. Es así de claro«, declaró ayer Jordi Turull, secretario general de Junts,
Además, también aprovechó para recordar que «con la Mesa del Parlament, Illa fue incapaz de formar una mayoría, refiriéndose al pacto con ERC que convirtió a Josep Rull de Junts en presidente de la Cámara catalana.
El líder socialista como responsable de los nuevos comicios
A pesar de que los republicanos han advertido que el acuerdo sobre la Mesa del Parlament no debe interpretarse como un preludio de un posible acuerdo de investidura, Junts confía en que Rovira mantenga sus exigencias de máximos y que esto haga fracasar las conversaciones con el PSC. En ese momento, Junts trataría de atraer a ERC a su terreno e invitaría a participar en su maniobra para retratar a Illa como el responsable de la repetición de los comicios.
Ningún partido alcanzaría la mayoría necesaria
Junts y ERC suman juntos 55 diputados, que podrían ser 59 si la CUP se uniera a una táctica que por el momento descarta, pues ya ha negado su apoyo a Puigdemont. Sin los republicanos, Illa sólo podría reunir el apoyo de 48 parlamentarios, al sumar a los 42 del PSC los seis de los comunes. Ni el socialista ni Puigdemont alcanzarían la mayoría absoluta de 68 escaños. Tampoco podrían ser investidos en segunda vuelta con mayoría simple, ya que en ambos casos los opositores superarían a los partidarios.